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España España · Barcelona
Voto de Ulher:
7
Drama. Aventuras Basada en la historia real de Aron Ralston, un intrépido montañero y escalador norteamericano que se hizo famoso porque en mayo de 2003, durante una escalada por los nada transitados cañones de Utah, sufrió una caída y quedó atrapado dentro de una profunda grieta. Tras varios días inmovilizado e incapaz de encontrar una solución alternativa, tuvo que tomar una dramática decisión. (FILMAFFINITY)
6 de febrero de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si se hace referencia a como termina el brazo del protagonista en lo último de Boyle no hay spoiler que arruine la trama. 127 horas cuenta con un arma de doble filo. Conocer de antemano la historia y sobre todo su desenlace condiciona al espectador de forma considerable. No hay cabida a la sorpresa ni al efectista giro de guión ni tan siquiera a un final alternativo. Podemos contemplar la agonía del montañista Aron Ralston, atrapado varios días en una roca de Robbers Roost, como la capacidad de su director para mantener el suspense o bien dejarnos llevar por el morbo que suponen los últimos minutos. Si optamos por la primera opción, mi más sincera enhorabuena. Una cinta complicada con un guión tan bien escrito que emociona donde la fotografía y el montaje se convierten en protagonista más y con una actuación de Franco que merece un gran reconocimiento.
La complejidad del filme, aparentemente ausente, es su mayor logro. No es fácil volcar el interés y mantenerlo con un único personaje que apenas logra moverse. Rodrigo Cortés sabe bien de ello y Boyle no es menos. Ahora bien, si el interés de la película únicamente se reduce a la famosa escena de la amputación pueden darse la vuelta ya que el sopor será interminable hasta que esto ocurra.
El oscarizado director, al que muchos catalogan como un vendido a Hollywood, acierta de lleno no sólo al acercarnos una historia de superación personal. La lágrima aquí no es fácil, está más que justificada. Si con su anterior obra, la desmesurada Slumdog Millionaire, las salas se inundaban de emoción impostada y sonrisas mil dos años después Boyle da un paso de elefante para que aquellas lágrimas intencionadas surjan ahora con naturalidad.

Lo mejor: James Franco y la escena de la lluvia. Impresionantes.
Lo peor: que para muchos después del orgasmo gore no haya nada más.
Ulher
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