Si los creadores de 'La brújula dorada' pretendían convertir a la película en el inicio de una saga de aventuras familiar al estilo 'El señor de los anillos' o 'Harry Potter' al menos, a nivel de calidad y entretenimiento, se han quedado muy muy lejos.
El resultado es correcto, sin más. Pero es que calificar de correcta a una cinta de la que se esperaba mucho más, no es del todo bueno. Veamos. El principal problema de 'La brújula' es su guión, demasiado torpe y donde todo pasa rapidísimo sin mucha explicación, cómo si de un corta-pega se tratase y se hubieran quedado escenas por el camino. La primera mitad de la cinta es bastante lenta (y aburrida si me permitís) y vemos pulular por la pantalla un montón de personajes de los que algunos conocemos poco más que el nombre. No está claro que hacen y por qué pero ahí están. La segunda mitad es bastante mejor y al menos no aburre y es que esta parte de la película es la que contiene casi toda la acción. Técnicamente no hay pegas que ponerle. Los animales alcanzan un alto nivel de realismo, la fotografía es espléndida y los efectos especiales logrados (aunque rutinarios). Pero a estas alturas, no es suficiente. Al final todo se desarrolla de manera apuradísima con el objetivo de no superar las 2 horas de metraje. Y así llegamos a un desenlace que no es desenlace ni es nada. Deben de estar muy seguros del éxito de taquilla de la cinta (que a día de hoy ha resultado ser un fracaso) porque la niña protagonista ya se encarga en la escena final de resumirnos lo que ha pasado y contarnos las cosas que les quedan por hacer y las nuevas aventuras que van a vivir. Tal cual. En el lado interpretativo, los grandes nombres afrontan papeles más que secundarios aunque hay que destacar a Nicole Kidman. La verdadera protagonista es la debutante Dakota Blue Richards que a parte de tener un nombre gracioso no está nada mal y se salva de resultar repelente. Resumiendo, visualmente atractiva y a ratos entretenida pero que decepcionará por su acelerado desarrollo poco disfrutable y erróneo a la hora de 'cogerle cariño' a los personajes.

Lo mejor: La pelea de los osos.
Lo peor: El guión, de fácil desconexión con la cinta.