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Voto de vircenguetorix:
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Aventuras
James Parker y Harry Holt organizan una expedición a África para hallar un cementerio de elefantes que les proporcione el suficiente marfil para hacerse ricos. La bella hija de Parker, Jane, se une a ellos de forma inesperada y despierta una atracción inmediata en Harry. Pero un hombre mono llamado Tarzán y sus amigos simios secuestran a la chica. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2007
38 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
De muy pequeño la primero novela que pude leer fue “Tarzán de los monos”, aquello en realidad me traumatizó, porque a lo largo de los años posteriores pude comprobar que las películas de mi infancia de Tarzán que todos los demás niños veían también no correspondían en absoluto con la novela principal de Edgar Rice Burroughs que había leído y como pueden imaginarse ningún niño conocía el texto original.
Es sorprendente como un autor como Burroughs no protestase un poco más al ver como machacaban su novela, y aunque pone basada en el libro, más bien es inspirada porque la historia se parece muy poco, por no decir nada al texto original –aunque la versión de Hudson tampoco tiene nada que ver-.
En realidad está película se debería titular “Cuando Tarzán conoció a Jane” o “Tarzán y el cementerio de elefantes” pero nunca como la novela de Burroughs.
Después del crack económico del 29, Estados Unidos necesitaba ídolos en quien confiar para poder tirar para adelante. Y daba igual que fueran reales o ficticios, lo importante es que fueran héroes. Y en aquel momento sin lugar a dudas el mejor protosuperman que se tenía a mano era Tarzán.
Porque mucho antes que existiesen esos superhéroes del cómic puramente posmodernos y futuristas ya existía Tarzán. Para que entendamos quien es Tarzán podemos definirlo que es una mezcla de gladiador romano y de dios helénico, es decir es un ser semidivino, un Hércules en potencia.
Es como bien señala Txarly un ejemplo de superhombre nietzscheano que trasciende normas sociales y morales dadas y domina a la naturaleza incluido leones, hipopótamos, gorilas...y todo tipo de bestias y a los hombres de las razas inferiores. Es auténtico darwinismo social que tan en boga estaba en aquel momento cuando Burroughs escribió el libro. Recordar simplemente que Tarzán significa piel blanca.
Para el papel protagonista se escogió al magnífico Johnny Weissmuller, que fue elegido en un casting de entre más de 150 chicos, se trataba del mejor nadador de la década de los años veinte. Un hombre que después de interpretar doce veces el personaje acabó bastante tocado del ala. Se convirtió en una víctima de la fama y del dinero; cinco matrimonios, amigo de excesos –se iba de fiesta con Errol Flynn o John Wayne para que se hagan una idea-. El caso es que cuando no hacía de Tarzán los papeles que interpretaba se le parecían bastante como en “Fuego pantanoso” del año 1946. Por cierto en contra de lo que señala otro usuario Burroughs siempre le pareció que Weissmuller fue el mejor Tarzán que existió.
Su compañera de reparto fue Maureen O'Sullivan, que aunque muy guapa tampoco fue como actriz gran cosa. La pobre O'Sullivan es maltratada durante toda la película, sufre desde aguadillas, empujones, lanzamientos como si fuera una pelota e intento de violación en una de las escenas donde rompe a llorar. Además se pasa la película gritando y diciendo “Tarzán, Tarzán”. Hoy sería denunciado su papel por las feministas de turno.
Es sorprendente como un autor como Burroughs no protestase un poco más al ver como machacaban su novela, y aunque pone basada en el libro, más bien es inspirada porque la historia se parece muy poco, por no decir nada al texto original –aunque la versión de Hudson tampoco tiene nada que ver-.
En realidad está película se debería titular “Cuando Tarzán conoció a Jane” o “Tarzán y el cementerio de elefantes” pero nunca como la novela de Burroughs.
Después del crack económico del 29, Estados Unidos necesitaba ídolos en quien confiar para poder tirar para adelante. Y daba igual que fueran reales o ficticios, lo importante es que fueran héroes. Y en aquel momento sin lugar a dudas el mejor protosuperman que se tenía a mano era Tarzán.
Porque mucho antes que existiesen esos superhéroes del cómic puramente posmodernos y futuristas ya existía Tarzán. Para que entendamos quien es Tarzán podemos definirlo que es una mezcla de gladiador romano y de dios helénico, es decir es un ser semidivino, un Hércules en potencia.
Es como bien señala Txarly un ejemplo de superhombre nietzscheano que trasciende normas sociales y morales dadas y domina a la naturaleza incluido leones, hipopótamos, gorilas...y todo tipo de bestias y a los hombres de las razas inferiores. Es auténtico darwinismo social que tan en boga estaba en aquel momento cuando Burroughs escribió el libro. Recordar simplemente que Tarzán significa piel blanca.
Para el papel protagonista se escogió al magnífico Johnny Weissmuller, que fue elegido en un casting de entre más de 150 chicos, se trataba del mejor nadador de la década de los años veinte. Un hombre que después de interpretar doce veces el personaje acabó bastante tocado del ala. Se convirtió en una víctima de la fama y del dinero; cinco matrimonios, amigo de excesos –se iba de fiesta con Errol Flynn o John Wayne para que se hagan una idea-. El caso es que cuando no hacía de Tarzán los papeles que interpretaba se le parecían bastante como en “Fuego pantanoso” del año 1946. Por cierto en contra de lo que señala otro usuario Burroughs siempre le pareció que Weissmuller fue el mejor Tarzán que existió.
Su compañera de reparto fue Maureen O'Sullivan, que aunque muy guapa tampoco fue como actriz gran cosa. La pobre O'Sullivan es maltratada durante toda la película, sufre desde aguadillas, empujones, lanzamientos como si fuera una pelota e intento de violación en una de las escenas donde rompe a llorar. Además se pasa la película gritando y diciendo “Tarzán, Tarzán”. Hoy sería denunciado su papel por las feministas de turno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La película fue dirigida por uno de los más grandes directores de los años 30 como W.S. van Dyke (“María Antonieta”, “El enemigo público Nº 1”, “San Francisco”) que realiza un trabajo estupendo sobre todo de montaje.
Porque aunque es evidente que no deja de ser una película de bajo presupuesto y tiene muchas deficiencias de muchos tipos y a veces los insertos de fotomontajes pueden ser excesivamente exagerados, es ese al fin y al cabo el valor de esta cinta ver unos documentales reales de gran valor antropológico sobre el África Negra de los años 30 que tiene gran importancia aún para los estudiosos de la región.
A mi juicio en todas las películas de Tarzán cuando aparecen las tribus africanas la cosa aumenta de interés. En esta ver a esos negros terroríficos del principio que parecen sacados de “Apocalypto” es estupendo y que decir de esos enanos negros y sus rituales macabros que por cierto inspiraron a la película de “King Kong”, parecen sacado de las películas de terror de Browning.
Igual que esos precipicios imposibles donde se producen las caídas de porteadores al vacío, esos montajes sacados del National Geographic y en definitiva una película que aunque no es la más divertida ni la mejor por lo menos sirve para crear un mito cinematográfico y contar una bella historia de amor.
Porque aunque es evidente que no deja de ser una película de bajo presupuesto y tiene muchas deficiencias de muchos tipos y a veces los insertos de fotomontajes pueden ser excesivamente exagerados, es ese al fin y al cabo el valor de esta cinta ver unos documentales reales de gran valor antropológico sobre el África Negra de los años 30 que tiene gran importancia aún para los estudiosos de la región.
A mi juicio en todas las películas de Tarzán cuando aparecen las tribus africanas la cosa aumenta de interés. En esta ver a esos negros terroríficos del principio que parecen sacados de “Apocalypto” es estupendo y que decir de esos enanos negros y sus rituales macabros que por cierto inspiraron a la película de “King Kong”, parecen sacado de las películas de terror de Browning.
Igual que esos precipicios imposibles donde se producen las caídas de porteadores al vacío, esos montajes sacados del National Geographic y en definitiva una película que aunque no es la más divertida ni la mejor por lo menos sirve para crear un mito cinematográfico y contar una bella historia de amor.