Y es que esta mala encarnada por Judi Dench me recordó mucho a ese personaje. Una lesbiana contenida, amargada que hace pagar sus frustraciones a quien no le baila el agua como a ella se le antoja. Aquí el objeto de deseo es la nueva profesora que llega al instituto, que tampoco es una santa, aunque sus pecados son de la carne...

Es una película muy ágil, con mucha tensión y muy atractiva, sobre todo porque el que vaya narrándolo la propia protagonista nos acerca a sus pensamientos, a su sentir y a comprender que está plenamente frustrada consigo misma y con la vida. "¿Quien me escucha a mi?" una de sus primeras frases creo que lo resume todo... en este caso la escuchamos nosotros para quedarnos a cuadros.

La recomiendo.