Ni el peor Haneke me ha inquietado y agobiado tanto. Ni el peor Lars von Trier me ha puesto en un lugar tan espantoso y físicamente repulsivo. En la piel de Lucas (Mads Mikkelsen, Mejor actor en Cannes 2012 por este trabajo), Vinterberg empata al espectador con un presunto pedófilo, y de la manera más molesta: desde la (casi) obvia inocencia del acusado hasta la duda más cruel. ‘The hunt’ “planta” inicialmente unas imágenes (como las imágenes porno que le muestra el hermano a la niña a modo de broma) para llevar la historia hacia el terreno de la mentira inocente de una niña (producto de una niña que se siente rechazada por el único adulto que la entiende cuando en su hogar sus padres no paran de pelearse) que puede destruir la reputación y la vida de un hombre de bien. Luego, ciertas actitudes y miradas de Lucas ponen en duda este planteo inicial. “La historia resulta atrapante, pero también un ejercicio de manipulación emocional y hasta de sadismo hacia el espectador” (Diego Batlle: La Nación). Ni hablar de varios golpes bajos que incluyen niños, adolescentes y animales. Es una experiencia física, es desear que todo se aclare lo antes posible ( y que sea inocente, por favor) y que alguien le ponga fin a ese ambiente al borde del colapso, a una sensación permanente de que algo terrible (más terrible aún) va a suceder.

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