Del mismo director (Larry Charles), guionista y protagonista (Sacha Baron Cohen) de “Borat” (2006), llega “The Dictator”, film que vuelve a satirizar las diferencias culturales entre oriente y occidente, intentando ser lo más políticamente incorrecto posible, siempre desde el humor absurdo y exagerado, aunque también demasiado negro y hasta ofensivo por momentos.

Estereotipando al líder de un supuesto país de medio oriente, Sacha Baron Cohen encarna a un dictador del “estilo” (o al menos, la imagen occidental que nos muestran) de Saddam o Gadafi y, a partir de allí, el humor se va construyendo a través de la sátira, el sarcasmo y la ironía. Concentración de la riqueza, poder, tiranía, petróleo, armas nucleares, opresión, violencia y brutalidad, ejecuciones, terrorismo, machismo, racismo, antisemitismo, democracia, religión, costumbres, etc. Toda esta gran mezcla de cosas (y varias más) son metidas en una bolsa, desde la cual el humorista va sacando, tergiversando, exagerando, satirizando e ironizando.

Además de las varias remisiones -macabras- al atentado del 11 de septiembre de 2001 que pueden ofender a muchos si no son tomadas como lo que son, una broma (pesada, demasiado pesada posiblemente), “The Dictator” es también una sátira de las políticas de los principales países que han entrado en conflicto con Estados Unidos (China, Irán, Irak, Libia, Cuba, etc.), aunque también de la propia potencia norteamericana y la ONU, de sus conflictos televisados, de la prensa que los cubre y de las “majestuosas” cumbres de la hipocresía. De una mente tan perturbada, donde todos son “malos”, es difícil saber realmente si hay una toma de posición o si, como se muestra, es todo humor negro y absurdo. Tal vez, su posición se basa en desnudar la hipocresía parodiando a un dictador universal.

Creo que la reiteración le ha jugado una mala pasada a este film y a Sacha Baron Cohen, mucho más cómico en aquel falso documental del 2006 que en esta comedia muy a la parodia yankee, con un aire a las entregas de “Scary Movie”. Aún siendo muy (muy) graciosa por momentos, este “Borat” abandona las sutilezas y, por ende, toda sofisticación. Creo que el trailer vende más de lo que el film puede ofrecer pero, aún así, sabe despertar algunas risas y hacernos cómplices de su maldad.

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