La idea original, como siempre tan sustanciosa, termina siendo aquí una idea intrascendente. Esta obra termina siendo muy parecida a la Niebla de Miguel de Unamuno, con los reveses de un autor al que su personaje no quiere reconocer, pero sin la trascendencia propia del escritor español. Entonce queda solo un divertimento al que difícilmente, también, le salen carcajadas. Entiendo que pueda estar bien valorada, porque el guión tiene una tendencia a ser auténtico y original, pero la verdad que no es para tanto, porque su originalidad hace rato viene siendo tratada por la llamada novela moderna. Paul Dano y Zoe Kazan se llevan bien como pareja, de hecho, lo eran y, a la fecha, lo siguen siendo, pero su afinidad no logra sacar a esta película de una idea que apenas si puede ser trascendente o divertida.