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Voto de Labreitor:
10
7.6
48,694
Drama. Musical
Selma, inmigrante checa y madre soltera, trabaja en la fábrica de un pueblo de los Estados Unidos. La única vía de escape a tan rutinaria vida es su pasión por la música, especialmente por las canciones y los números de baile de los musicales clásicos de Hollywood. Selma esconde un triste secreto: está perdiendo la vista, pero lo peor es que su hijo también se quedará ciego, si ella no consigue, a tiempo, el dinero suficiente para que ... [+]
28 de abril de 2016
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Lars von Trier tiene cosas que me recuerdan a Alfred Hitchcock. Un genio en el medio de comunicación que es el cine. Y es pretencioso con ganas y excesivo, sí, pretende manipularte y no lo oculta, y como oyente lo sabes pero consigue que bajes la guardia, porque propone, tienta y invita a que tomes partido, no quiere que simplemente te sientes a mirar. La historia se hace dura, muy dura, es un dramón, y pretende trasladar el dolor al espectador. Pero duele de verdad, no es gratuita, o por lo menos es lo que pretende, porque es un dolor real que está presente, es etéreo, nos envuelve y nos rodea pero a menudo no sabemos identificarlo. La condición humana.
Pero lo característico de Bailar en la oscuridad y con lo que me quedo de ella es que es una revolución del género musical. La manera de conjugar con la fotografía, la música, la historia y los planos es un nuevo subgénero. Y es que evoluciona, se mueve en coreografía progresiva desde la calma hasta a la asfixia a lo largo de la película. Sí, señores y señoras, consigue, conjugando esos elementos, que el silencio sea claustrofóbico hasta la desesperación y el ataque de pánico. Por eso no la he vuelto a ver en todos estos años, porque es de una belleza que duele.
Pero lo característico de Bailar en la oscuridad y con lo que me quedo de ella es que es una revolución del género musical. La manera de conjugar con la fotografía, la música, la historia y los planos es un nuevo subgénero. Y es que evoluciona, se mueve en coreografía progresiva desde la calma hasta a la asfixia a lo largo de la película. Sí, señores y señoras, consigue, conjugando esos elementos, que el silencio sea claustrofóbico hasta la desesperación y el ataque de pánico. Por eso no la he vuelto a ver en todos estos años, porque es de una belleza que duele.