Cuarto capítulo de la serie y junto con el anterior, uno de lo más logrados, en esta oportunidad la historia nos sitúa en un universo paralelo donde Dr Strange pierde a su amada en lugar de fracturar sus manos y obsesionado, decide viajar una y otra vez en el tiempo para poder evitarlo, trayendo nefastas consecuencias.

Se nota que la serie va progresando y ojalá lo siga haciendo o manteniendo el nivel al menos, las historias van teniendo más trasfondo y desarrollo, en esta oportunidad nos vamos a encontrar con una historia más emocional que nos habla de las obsesiones y demonios internos que consumen al protagonista, provocados por querer alcanzar aquello que no puede y transformando su personalidad en el proceso, si bien es una historia arquetípica no deja de ser agradable cuando está bien desarrollada y en este caso lo está, regalándonos en el camino alguna cita filosófica, que aunque menor, no deja de ser interesante.

Otras cosas que me han gustado han sido que las batallas son cada vez más dinámicas y que hubo más interacción por parte del Vigilante, quien a pesar de su desagrado se mantiene al margen, observando, si algo se le puede criticar es que a la mitad del capítulo ya se intuye como acabará, aunque igual, esto no le quita fuerza a la historia.

En fin, un capítulo recomendable, intenso y dinámico; en cuanto a la serie, debido a su carácter antológico es mejor dar una opinión concreta cuando se haya visto todos los capítulos, por ahora va interesante, se siente irregular, pero va mejorando. Ya veremos qué tal el siguiente episodio.