Un telefilm de una tarde de domingo, un bodrio aburrido e insufrible, un ejemplo gráfico de por qué los directores con escrúpulos no hacen remakes, una clase práctica de casi todo lo que una buena película debe evitar, una manzana verde por fuera pero podrida y con gusanos dentro, una mierda fresca de perro de gran tamaño en el medio de la acera, el motivo por el que el aborto debe ser considerado un derecho innegociable.
El problema esencial no es que la película de Kurosawa sea mejor, que lo es claro, si no que esta no llega a ser ni la copia barata que intentaba ser. El guión no aporta nada nuevo y las únicas pequeñas variaciones solo sirven para empeorar el ritmo e intensidad. Nos presenta a los mismos personajes, peor interpretados. Ambienta la película en los mismos años, quedando forzado a usar unos planos super cutres que no muestren demasiada ciudad.
La película logra la espeluznante hazaña de estropear el recuerdo de la original, ensucia con sus manazas chapuceras y musiquita de ascensor su recuerdo. Solo le aporta un ligero tufo a mierda que costarà limpiar de la chaqueta de Kurosawa. En resumen, mira la original y si ya la has visto vuelve a mirarla o juega un rato a la play.
Bill Nighy no lo hace mal, pero se le nota desorientado y superado por el peso de tener que arrastrar el saco de mierda solo y cuesta arriba.