Comencé a visualizar la peli convencida de que me partiría a carcajadas por lo ridícula que aparentaba ser, y así ocurrió bastantes veces por algunas escenas, bien por divertidas (como la carrerita de los dos soldados persiguiendo a Van Damme) o porque no te queda más remedio que reirte por diálogos o primeros planos de Van Damme rememorando el pasado, pero conforme avanzaba me producía un sentimiento de afecto por Van Damme que ha provocado que me haya gustado tanto.

Es bastante previsible pero muy entretenida, eso es lo que buscaba y lo encontré, pasar un buen rato viendo peleas chulas, patadas a la altura del costillar y caras de orientales enfurecidos, la cámara lenta en los golpes es muy acertada.

Además juegan a su favor la estética y la B.S.O. ochentera que me encantan, y que está basada en hechos reales, y por si fuera poco nos deja disfrutar del cuerpo de Van Damme en sus tiempos mozos y de la escena memorable de su nada despreciable culito.