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Voto de Marc Fernández:
7
Drama. Comedia En 1948 Clément Mathieu, profesor de música desempleado, acepta un puesto como profesor vigilante en un internado de reeducación de menores. El sistema represivo aplicado por el director conmociona a Mathieu. Enseñándoles música y canto coral a estos niños tan difíciles, Mathieu transformará sus vidas cotidianas.
16 de abril de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si alguna vez a lo largo de la Educación Secundaria has dado clases de francés, probablemente hayas tenido la suerte de encontrarte con lo que yo llamo "el repertorio rápido de cine francés". Este repertorio está compuesto por películas francesas que son bastante conocidas y que suelen ser a las que más se recurre cuando se quieren enseñar películas en este idioma. Algunas pertenecientes a este repertorio pueden ser Intocable, Amélie o esta misma película, Los chicos del coro.

La película trata de Clement Mathieu (Gerard Jugnot), que llega como nuevo prefecto a un internado de niños pequeños. Allí, se encuentra con el director Rachin (François Berland), que dirige el internado de manera fascista. Contrariado por los métodos usados, Clement va estableciendo confianza con los niños y consigue hacer que se ilusionen por algo: un coro de música. Todo esto visto desde su diario, el cual está siendo leído por uno de los niños que formó parte del coro, Pierre Morhange (Jean-Baptiste Maunier de joven y Jacques Perrin de adulto).

El club de los poetas muertos... perdón, quería decir El Indomable Will Hunting... no está, tampoco es. El caso es que la historia de "profesor/terapeuta poco ortodoxo que inspira a generación de jóvenes (o un solo joven, depende de la película) y se gana su respeto" no es nada nuevo para el cine. Con esto me refiero a que si vas a hacer una película con esta premisa tienes que ofrecer algo distinto (La Ola tiene un planteamiento parecido, pero acaba transformándose y lanzando un mensaje interesante) y el camino más "sencillo” para que no sea una película más es apelar a los sentimientos. Así que la pregunta es: ¿Consigue Los chicos del coro transmitir emociones?

Y la respuesta es: en gran parte, sí. No tiene la carga emocional que tienen otras películas similares, pero tiene un elemento que es clave para la trama y que cumple el cometido: la música. Y aunque es cierto que te saca un poco de la película ver a jóvenes sin ningún tipo de formación musical cantar como si fuesen ángeles, lo cierto es que en el momento solo puedes sentarte, relajarte y disfrutar de unas voces increíbles. La banda sonora por cortesía del coro "Les Petits Chanteurs de Saint-Marc" es algo que merece la pena escuchar con auriculares y relajarse.

Al final, Los Chicos del Coro es una película con una trama que ya se ha visto y está lejos de ser la mejor ejecución probablemente, pero es una película que funciona y con una gran banda sonora que hasta a mi, que no soy gran fan de la música clásica, me resulta increíblemente bonita. Los chicos del coro no busca que te comas la cabeza y hablar de temas serios o criticar situaciones sociales, sino que disfrutes con ella. Y vaya si lo consigue.
Marc Fernández
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