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España España · Zaragoza
Voto de JRC:
7
Intriga El gobierno no puede tocar a Michael Scofield, así que van tras la mujer que ama. Cuando Sara es arrestada por asesinato, sólo Michael podrá salvarla, a ella y al bebé que espera, de una impenetrable prisión para mujeres. Con un precio por la cabeza de Sara y el tiempo agotándose, Michael deberá confiar en sus más mortales enemigos para intentar realizar la huída más atrevida hasta la fecha. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2009
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
WHAT THE FUCK!!!
Esto es lo que pensé -naturalmente, en español, pero es que si lo pongo me censuran- en cuanto vi lo que los guionistas nos tenían preparado... No podía ser cierto que pretendieran organizar en hora y media la fuga de la que faltaba por pisar la trena: ¡La doctora Tancredi! (Bueno, ex-doctora porque en el capítulo octavo de la tercera temporada le quitaron el título de Medicina).
Pues sí, a por ello que iban. Acción, drama, amor, persecuciones, efectos especiales... Ahí estábamos... De todas series que últimamente se habían hecho... ésta era una de ellas.

Y de pronto, en medio de la intensa emoción del momento, empecé a notar cómo un calorcillo me subía por la garganta y así, sin quererlo, en mi cabeza empezaron a agolparse una serie de palabros: Estafa, fraude, Bill Murray, fracaso... Y entonces, tan inesperada como maravillosamente, apareció Gretchen... Y mi corazón volvió a palpitar: Dulzura, árbol, suavidad, belleza, matrimonio, vicaría... Amor. Su reino no era de este mundo.

Y Michael desaparecía para siempre. Y su hermano Lincoln dejaba de repartir leña por un par de minutos. Y Sucre renacía de sus cenizas. Y Mahone volvía a demostrar de qué están hechos los héroes...Y Sarah... ¿a quién le importa? ("One day", se repetían los enamorados como catecismo)... Y la serie volvía a convertir sus virtudes en defectos.

Me gustó el último capítulo. Fue tan repetitivo y artificial como las dos últimas temporadas... Cómo olvidar aquel sprint a cámara lenta de Lechero, cómo olvidar que la mano de T Bag es de plástico y lleva cosida a su brazo tres temporadas, cómo olvidar a Veronica y la escena en la que la hicieron volar por los aires por las buenas... Y cómo olvidar a Franklin, ese chico negro de la gorra que se une a la huida y que protagoniza la peor escena de fuga de la historia cuando, con la policía apuntándole, pretende huir en su cara, con su hija enfermita de la mano, subiéndose a una especie de tranvía. Pobre diablo. Qué desastre, Franklin.

En resumidas cuentas, que si no llega a ser por Alex Mahone, no habríamos sacado nada de nada. ¿Quién no puede empatizar con un hombre que sigue felicitando a su mujer a pesar de haberla perdido? Un hombre que tragó saliva y, mirando de frente, siguió su camino hacia donde quiera que éste le llevará. Un hombre.
Alex Mahone; un hombre.
JRC
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