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Aventuras. Acción. Drama
Espartaco era un esclavo tracio que fue vendido como gladiador a Léntulo Batiato. En Italia promovió y dirigió la rebelión de los esclavos (73-71 a.C.) contra la República romana. A medida que recorrían el país, innumerables esclavos se iban sumando a la rebelión. Espartaco intentará llegar con su ejército al sur de Italia para poner rumbo a sus hogares. (FILMAFFINITY)
6 de septiembre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stanley Kubrick siempre quiso poner una pica en Flandes con cualquier género cinematográfico que abordara. El cine antibélico alcanzó con "Senderos de gloria" una de sus cimas. El de ciencia-ficción logró la categoría de filosófico con "2001 una odisea del espacio" y "La naranja mecánica". El de terror tuvo con "El resplandor" una de sus obras más aclamadas. El cine histórico rayó a gran altura con "Barry Lindon" y "Espartaco". Con "Lolita" consiguió una adaptación literaria mítica. Y el drama póstumo "Eyes wide shut" puso la guinda a una carrera pretenciosa, pero también fascinante.
"Espartaco", ejemplo de peplum por excelencia, basado en una novela del escritor Howard Fast, fue un proyecto polémico de la Bryna Productions de Kik Douglas. Fast era considerado izquierdista en una sociedad donde la cruel caza de brujas hacía estragos. Dalton Trumbo, guionista incluido en la lista negra del Comité de Actividades Antiamericanas, se encargó de llevar a cabo la adaptación con nombre falso. La película, como es natural en semejantes circunstancias, se resintió de varios inconvenientes. El primer director elegido para rodar "Espartaco", Anthony Mann, abandonó por desavenencias con Douglas, productor que no dejaba demasiado márgen de libertad a los cineastas con los que trabajaba. Finalmente, kubrick aceptó el reto, pero nunca consideró "Espartaco" como película suya.
La rebelión del esclavo tracio Espartaco es el tema central que desarrolla este mítico peplum. Sus penurias en las canteras, el paso por la escuela de gladiadores de Léntulo Batiato en Capua, el amor por Varinia, la revuelta, y el enfrentamiento final con el ambicioso Craso son las piedras miliares de este largometraje de casi tres horas de duración.
Desde el punto de vista histórico, "Espartaco" está lleno de errores que, en el momento de su estreno, fueron puestos en evidencia. La horda de esclavos, idealizados, justos y de buen corazón, la deficiente explicación de las diferentes facciones de la política romana, la omisión de Pompeyo o la descripción de un Craso más parecido al dictador Sila son algunos ejemplos que ponen en entredicho la labor documental que está detrás de la película.
Sin embargo, los logros se encuentran en la parte técnica e interpretativa de "Espartaco". Kubrick imprime un ritmo eficaz a la historia, aunque, en su debe, cabe reseñar lo mal que están rodadas las escenas de batalla. Poco verosímiles, confusas y estereotipadas, perjudican, incluso estéticamente, el resultado final de una obra quizá algo sobrevalorada. La música de Alex North, bellísima, pero fuera de contexto (memorable el tema de amor) y la fotografía de Rusell L. Metty, excelente, ganadora del Oscar , junto a un diseño de producción costoso y logrado, a pesar de los errores arqueológicos en los que cae, le dan un empaque vistoso y muy convincente.
"Espartaco", ejemplo de peplum por excelencia, basado en una novela del escritor Howard Fast, fue un proyecto polémico de la Bryna Productions de Kik Douglas. Fast era considerado izquierdista en una sociedad donde la cruel caza de brujas hacía estragos. Dalton Trumbo, guionista incluido en la lista negra del Comité de Actividades Antiamericanas, se encargó de llevar a cabo la adaptación con nombre falso. La película, como es natural en semejantes circunstancias, se resintió de varios inconvenientes. El primer director elegido para rodar "Espartaco", Anthony Mann, abandonó por desavenencias con Douglas, productor que no dejaba demasiado márgen de libertad a los cineastas con los que trabajaba. Finalmente, kubrick aceptó el reto, pero nunca consideró "Espartaco" como película suya.
La rebelión del esclavo tracio Espartaco es el tema central que desarrolla este mítico peplum. Sus penurias en las canteras, el paso por la escuela de gladiadores de Léntulo Batiato en Capua, el amor por Varinia, la revuelta, y el enfrentamiento final con el ambicioso Craso son las piedras miliares de este largometraje de casi tres horas de duración.
Desde el punto de vista histórico, "Espartaco" está lleno de errores que, en el momento de su estreno, fueron puestos en evidencia. La horda de esclavos, idealizados, justos y de buen corazón, la deficiente explicación de las diferentes facciones de la política romana, la omisión de Pompeyo o la descripción de un Craso más parecido al dictador Sila son algunos ejemplos que ponen en entredicho la labor documental que está detrás de la película.
Sin embargo, los logros se encuentran en la parte técnica e interpretativa de "Espartaco". Kubrick imprime un ritmo eficaz a la historia, aunque, en su debe, cabe reseñar lo mal que están rodadas las escenas de batalla. Poco verosímiles, confusas y estereotipadas, perjudican, incluso estéticamente, el resultado final de una obra quizá algo sobrevalorada. La música de Alex North, bellísima, pero fuera de contexto (memorable el tema de amor) y la fotografía de Rusell L. Metty, excelente, ganadora del Oscar , junto a un diseño de producción costoso y logrado, a pesar de los errores arqueológicos en los que cae, le dan un empaque vistoso y muy convincente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero son los actores y actrices que participan en esta película la que la hace magistral. Kirk Douglas, como el esclavo protagonista, está magnífico. Su personaje, valeroso y honrado, pero también cariñoso y con atisbos de duda y debilidad, se aleja del estereotipo heróico plano de músculos y testosterona. Jean simmons, como Varinia, toda elegancia, desentona demasiado en el papel de esclava forzada a prostituirse. Genial, en cambio, Laurence Olivier, cínico, autoritario, sofisticado y cruel en su papel de Craso. Dignos de aplauso, Charles Laughton y Peter Ustinov, ambos recreándose en sus respectivos personajes, el primero, como un Graco epicúreo y encarnizado enemigo del arisócrático Craso; el segundo, como Batiato, servil, mujeriego y cobarde, pero, con un fondo de dignidad que le lleva a cumplir la misión que Graco le encomienda, que es la de salvar a la mujer e hijo del esclavo caído en desgracia. Ustinov ganó el Oscar al mejor actor secundario por su papel. Tony Curtis, como el poeta Antonino, oscuro objeto del deseo de Craso, pone su belleza física y le otorga inocencia a su personaje. Mención también merecen los adecuados John Gavin (Julio César), Herbert Lom (Tigranes), John Ireland (Frixo) y Woody Strode (Drava).
Para terminar, señalar que ahora podemos ver la versión completa, sin censuras, de "Espartaco", pues, como es sabido, se eliminó la escena de seducción homosexual entre Craso y Antonino por considerarse inmoral (O tempora, o mores) y ofensiva por el despreciable Código Hays y los tocapetolas de siempre (sí, los de la cruz y el cilicio).
"Espartaco" se erige finalmente como un lúcido canto por la libertad y en contra de todas las fuerzas opresoras que amenazaban y todavía amenazan a los seres humanos.
Para terminar, señalar que ahora podemos ver la versión completa, sin censuras, de "Espartaco", pues, como es sabido, se eliminó la escena de seducción homosexual entre Craso y Antonino por considerarse inmoral (O tempora, o mores) y ofensiva por el despreciable Código Hays y los tocapetolas de siempre (sí, los de la cruz y el cilicio).
"Espartaco" se erige finalmente como un lúcido canto por la libertad y en contra de todas las fuerzas opresoras que amenazaban y todavía amenazan a los seres humanos.