Lleva un cuarto de siglo como realizador y guionista, en la última década se ha consagrado como uno de los talentos más elogiados en el cine independiente estadounidense gracias a títulos como "The Squid and the Whale", "Frances Ha" y muy especialmente "Marriage Story". En esta película de Noah Baumbach, Ben Stiller -quien ya actuara dirigido por Baumbach como protagonista de "Greenberg", y volvería a trabajar con él en "The Meyerowitz Stories"- interpreta a Josh, un documentalista que lleva años intentando terminar su segunda película, y tiene una vida feliz junto a su esposa y productora Cordelia, hija de uno de los documentalistas más reconocidos y venerados de Estados Unidos, el que a la vez ha sido una especie de sombra permanente para Josh. La mayor novedad que ambos han tenido en el último tiempo es que su pareja de mejores amigos serán padres al fin, algo que ellos no han hecho a pesar de haber pasado los 40 años. Esto, sumado a su encuentro con una pareja de veinteañeros muy "onderos" de los que se harán amigos, los llevará a replantearse y reflexionar sobre muchas cosas, en especial a constatar que quizás ya no son jóvenes y que su vida se ha convertido en una rutina donde no hay cabida para lo refrescante, novedoso y espontáneo.

Lo que podría ser una historia pretenciosa, aburrida e incluso nostálgica al confrontar y comparar lo tradicional con el mundo hipster que se ha tomado la cultura popular en los últimos años, es en manos de Baumbach una comedia madura, inteligente y a menudo agridulce; divertida y guiada con un ritmo fresco y atractivo, cuenta con un guión notable y con algunos diálogos memorables y en varios momentos recuerda al estilo que en el pasado Woody Allen supo refinar en sus mejores trabajos.

Tal vez sus innegables pretensiones y reflexiones intelectuales impidan que este film sea más masivo o comercial, pero como aguda mirada a la sociedad actual y la cultura contemporánea, así como a las relaciones humanas en un mundo cada vez más dominado por las redes sociales y la interacción virtual, es valiosa y digna de ser vista, en especial para un público adulto que busca más producciones como esta en cartelera, que junto con divertir sean capaces de cuestionar y hacer pensar en cómo somos. Y además del talento de su creador, "Mientras somos jóvenes" saca partido a un sólido elenco de actores, en especial Stiller, muy acertado en un tipo de personaje que siempre le queda muy bien, un Adam Driver tan insoportable como seductor a la vez y Naomi Watts, tan a menudo desaprovechada pero acá brillante y entrañable.