Haz click aquí para copiar la URL
España España · madrid
Voto de juanito:
10
Drama El matrimonio formado por Johan, profesor de psicología, y Marianne, abogada, recibe una noche en su casa la visita de sus amigos Peter y Katerina. Al poco tiempo, los invitados empiezan una fuerte discusión en la que los anfitriones intentan mediar sin éxito alguno. Cuando se quedan solos, Johan y Marianne empiezan a hablar de su matrimonio y de sus problemas. (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2010
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno duda cómo puntuar las películas de Bergman. Al no tratarse de trabajos convencionales sino mas bien del despliegue de sus propias obsesiones, parecen situarse más allá de cualquier valoración. Pero es una falsa primera impresión; por supuesto, representar experiencias que a uno le parecen personalísimas no garantiza el éxito. Y en segundo lugar, por debajo de ese entramado se esconde un trabajo artístico inconmensurable.
Esta en concreto es una de las demostraciones más claras de ese virtuosismo. A lo largo de tres horas asistimos a distintas conversaciones de un matrimonio. Nada se nos muestra, todo se nos dice. ¿No hay acción? En el cine de Bergman una conversación rebosa acción. Todos esos diálogos están llenos de verdad, y ahí donde todos los demás se detienen, él parece dar un paso más. Es tal su intensidad que más parecen disecciones o meras reproducciones que trabajos de inventiva. Pero ese es su gran mérito. Asistimos a un espectáculo que parece directamente dirigido a cada uno de nosotros y que nunca antes se nos había dicho.
Y este es no doliente, sino totalmente angustioso, con arranques de histeria. No son dramas, son verdaderas palizas las que inflinge al espectador, que si es uno de sus devotos, termina tan dolorido como ensimismado por la exhibición del director. Y todo a partir de actores, diálogo y puesta en escena. En esta película, nada más.
En cuanto a los actores, hasta los más críticos con su cine le reconocen esa capacidad de dirigirlos. Con unas exigencias tan trascendentales que podrían caer fácilmente en el ridículo, otra vez más resultan arrebatadores.
Los diálogos están minuciosamente milimetrados, no sólo porque logran mantener una perfecta cadencia narrativa, sino por el exquisito gusto de los mismos. Para ahondar en el alma humana no son necesarios grandilocuentes declamaciones ni golpes de pecho, sino sinceridad y voluntad de recogimiento.
Y la puesta en escena, desnuda, casi invisible. No pretende impactar por su austeridad, sino simplemente desaparecer.
Como conclusión, la crónica de un matrimonio, tan real y al mismo tiempo tan estremecedora. Tres horas apasionantes de conversación. Sólo un genio es capaz de confeccionar esta película.
juanito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow