Imaginativo film sesentero, en la línea de la celebérrima serie "La Dimensión desconocida". Aun y así tiene una evidente influencia de los filmes de los años cincuenta; en aquellos ingenuos filmes se mostraban sociedades distópicas post-apocalípticas más propias de los comics de Flash Gordon, con vestuarios que hoy en día resultan ridículos, una ligereza moral que daba juego para relaciones románticas con los viajeros del tiempo, siempre ocultos en complejos subterráneos, con inacabables y repetitivas demostraciones de una tecnología propia del Profesor Franz de Copenhague, unos androides que parecen crash-test-dummies y unos enemigos mutados sin atisbo de raciocinio.

En general, es una película que puede seguirse con interés, con personajes prototípicos, destacando, sobre todo en su tercio final, tiene un interesante y sorprendente giro argumental, muestra de que en los años 60 se buscaba algo más que aventuras tontas en un futuro post-atómico.