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Voto de Quinto Sertorio:
9
9 de abril de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífico. Fascinante. El malvado Zaroff es, sin duda, uno de los clásicos de todos los tiempos y su historia ha sido mil veces repetida, pero jamás igualada. Porque el cine de inicios de los 30, que aún arrastraba tics del cine mudo, mostraba un gran equilibrio en producción, en interpretación y en buenas historias. Una isla poco conocida, como la de Kong, con la que comparte protagonista femenina, nos permite conocer a un personaje amoral como es Zaroff, con una única y peligrosa diversión, la cacería humana.
La construcción de la historia es notable. Con una facilidad pasmosa introduce a los personajes y con unos diálogos brillantes conduce a los protagonistas y al espectador hacia su fatal destino. Un castillo transilvano en medio del Pacífico, piedras húmedas, ambientes lóbregos, mazmorras, la sala de los trofeos, una isla misteriosa, pantanos espantosos, magníficamente recreados en un estudio, naturaleza peligrosa, abismos, selvas... un magnífico diseño de producción que no parece envejecer, como los iniciales filmes de Weismuller y su Tarzán. Y frente a ellos un Zaroff, influido por la interpretación del cine mudo, con unas miradas y gesticulaciones que dan pavor, aún hoy, por lo siniestro y abyecto de las mismas y de su fría determinación.
Y una gran e inspirada dirección, con unas magníficas escenas de persecución, unos travellings que anonadan, en la que la cámara corre a la par que los protagonistas y avanza a través de la frondosidad de la selva. Incluso con algún momento de gran belleza plástica como el final frente a la ventana, amaneciendo.
La breve duración del filme hace que cada minuto se paladee con delectación para cualquier aficionado al buen cine. Es una gran joya a descubrir. Una obra maestra. No esperen más.
La construcción de la historia es notable. Con una facilidad pasmosa introduce a los personajes y con unos diálogos brillantes conduce a los protagonistas y al espectador hacia su fatal destino. Un castillo transilvano en medio del Pacífico, piedras húmedas, ambientes lóbregos, mazmorras, la sala de los trofeos, una isla misteriosa, pantanos espantosos, magníficamente recreados en un estudio, naturaleza peligrosa, abismos, selvas... un magnífico diseño de producción que no parece envejecer, como los iniciales filmes de Weismuller y su Tarzán. Y frente a ellos un Zaroff, influido por la interpretación del cine mudo, con unas miradas y gesticulaciones que dan pavor, aún hoy, por lo siniestro y abyecto de las mismas y de su fría determinación.
Y una gran e inspirada dirección, con unas magníficas escenas de persecución, unos travellings que anonadan, en la que la cámara corre a la par que los protagonistas y avanza a través de la frondosidad de la selva. Incluso con algún momento de gran belleza plástica como el final frente a la ventana, amaneciendo.
La breve duración del filme hace que cada minuto se paladee con delectación para cualquier aficionado al buen cine. Es una gran joya a descubrir. Una obra maestra. No esperen más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
PD. De los muchos remakes de este filme, quizás el filme de John Woo y su "Blanco Humano" consigue dar una magnífica némesis al protagonista, una actualización de Zaroff por parte de un Lance Henriksen impresionante, igual de inhumano y con la misma mirada fría del cazador que ha superado la línea de lo moralmente aceptable.