Efectivamente, "2001" de garrafón. O como explicar la evolución del ser humano con una tronista de pocas luces y, no se puede negar, mucha diversión nocturna eligiendo mal las compañías. Y así le va.

La película, otro ejercicio de onanismo cinematográfico de Luc Besson, sufre de transtorno de identidad disociativo, así una cosa es lo que quiere contar y otra bien distinta como lo cuenta. Aquello que quiere contar se medio atisba en las secuencias en las que interviene Morgan Freeman, pero cómo lo cuenta, con una ensalada de tiros tipo "Matrix", con persecuciones automovilísticas a lo "Taxi", mafias orientales varias tipo "Wasabi" y acción a lo "la Jungla de Cristal" o "Nikita", todo ello un autohomenaje de Besson, le resta todo aquello de trascendencia que puede tener el filme, para ofrecernos un producto ramplón, zafio en ocasiones, desmedido y asimétrico, ya que sus conceptos más serios de anticipación científica quedan sepultados por volquetes de acción exagerada e hiperbólica.

En fin, Luc Besson en estado puro. ¿Alguien le puede decir que revise sus guiones varias veces antes de rodarlos?