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Voto de Cazale:
7
Voto de Cazale:
7
5.9
98
10 de abril de 2022
10 de abril de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
'La cornada', obra teatral de Alfonso Sastre, es el germen de esta película de personajes aplastados por sus traumas y la cruel lógica mercantil.
Juan Antonio Bardem, uno de los mejores directores de todos los tiempos, se rodea de pesos pesados como el veterano director de fotografía Alfredo Fraile o la montadora Margarita de Ochoa, poseedora de una filmografía impresionante.
Paco Rabal, uno de los mejores actores de todos los tiempos, comparte plantel con intérpretes de la talla de Nuria Espert o Julia Martínez Caba. Pero el que se roba el show es Enrique Diosdado con su papelón de empresario que explota toreros y controla la prensa.
Bardem camufla con naturalidad su pensamiento marxista en sitios como un diálogo entre un torero inseguro (Germán Cobos) y un trabajador de matadero (Manuel Zarzo). Amén de componer con la elegancia y precisión habituales.
Rabal derrama su carisma sobre la cicatriz de un torero arruinado. Intercambiando su compañía de animal mitológico herido por copas y cigarros. Humillado ante los aficionados, su amante y él mismo. Soñando con una redención al otro lado del océano.
América como huida hacia adelante, una vez más. Como si Caracas, México o Lima fueran capaces de matar unos demonios que llevamos dentro. Los traumas se arrastran por nuestras cavidades, tan inasibles como peces en aguas oscuras.
Para superar el pánico, hay que sumirse en cierto estado de abandono. Un paradójico no aferrarse a la vida para así conservarla.
Arrojo y al trauma.
" (…)
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
(…) "
'Llanto por Ignacio Sánchez Mejías'
Federico García Lorca
Juan Antonio Bardem, uno de los mejores directores de todos los tiempos, se rodea de pesos pesados como el veterano director de fotografía Alfredo Fraile o la montadora Margarita de Ochoa, poseedora de una filmografía impresionante.
Paco Rabal, uno de los mejores actores de todos los tiempos, comparte plantel con intérpretes de la talla de Nuria Espert o Julia Martínez Caba. Pero el que se roba el show es Enrique Diosdado con su papelón de empresario que explota toreros y controla la prensa.
Bardem camufla con naturalidad su pensamiento marxista en sitios como un diálogo entre un torero inseguro (Germán Cobos) y un trabajador de matadero (Manuel Zarzo). Amén de componer con la elegancia y precisión habituales.
Rabal derrama su carisma sobre la cicatriz de un torero arruinado. Intercambiando su compañía de animal mitológico herido por copas y cigarros. Humillado ante los aficionados, su amante y él mismo. Soñando con una redención al otro lado del océano.
América como huida hacia adelante, una vez más. Como si Caracas, México o Lima fueran capaces de matar unos demonios que llevamos dentro. Los traumas se arrastran por nuestras cavidades, tan inasibles como peces en aguas oscuras.
Para superar el pánico, hay que sumirse en cierto estado de abandono. Un paradójico no aferrarse a la vida para así conservarla.
Arrojo y al trauma.
" (…)
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
(…) "
'Llanto por Ignacio Sánchez Mejías'
Federico García Lorca