Dolls es una película maravillosa en todos los aspectos. Al menos para mi lo es. Técnicamente es perfecta: banda sonora, vestuario, maquillaje y todo eso están perfectos. Además está hecha con un buen gusto y un refinamiento exquisitos, sin caer en la cursilería. Y lo más importante, las historias. Tres historias conectadas por el corazón; tres historias independientes pero perfectamente encajadas.
Todo lo que Dolls ofrece es aprovechable y suculento, no hay un minuto de más. Aunque es cierto que no es película para tardes de Domingo ni para pesadas sobremesas, tampoco exige lecturas complicadas. El ejercicio de montaje que hace el director, que firma también el guión, eleva la película a un estatus de obra maestra indiscutible. Eso creo yo.