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España España · Aquí al lado
Voto de Cornapecha:
7
Comedia. Acción. Ciencia ficción. Fantástico Cuando una ruptura interdimensional altera la realidad, Evelyn (Michelle Yeoh), una inmigrante china en Estados Unidos, se ve envuelta en una aventura salvaje en la que solo ella puede salvar el mundo. Perdida en los mundos infinitos del multiverso, esta heroína inesperada debe canalizar sus nuevos poderes para luchar contra los extraños y desconcertantes peligros del multiverso mientras el destino del mundo pende de un hilo. (FILMAFFINITY) [+]
3 de enero de 2023
4 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo a la vez en todas las partes es una buena película, eso es indiscutible. Está hecha para sorprender al espectador, para dejarlo patidifuso ante tal exhibición de situaciones estrafalarias, para cogerlo por sorpresa una y otra vez y arrastrarlo a un viaje psicodélico y delirante que se ríe de todas la convenciones del cine de ci-fi, del drama y de todos los tópicos que en el mundo del cine puedan haber.

Se suma a ese guión delirante y a esa dirección alocada un plantel de actores completamente entregados a la causa y que realizan un trabajo mucho más que notable. Yeoh (sublime), Ke Quan,Hong o Jaime Lee Curtis (aún más sublime si cabe) bordan sus papeles y se lucen en una labor difícil por lo complicado de la narración y lo absurdo de muchas escenas.

A todos estos logros se suma el que haya sido la película adoptada de forma multitudinaria por la afición cinéfila. Todos los años hay una peli modesta pero bien pensada que aparece para reconciliarnos con un arte tan prostituido como el cine actual. Esa "joya" supuestamente "desconocida" que aparece en todas las listas de recomendaciones y que une al crítico de Fotogramas y a tu cuñado gafapastero en un entusiasmo desmedido y contagioso.

Así que Todo... tenía todos los números para ser una delicia. Y lo es, pero...

Pero en el cine, como en la vida, hay que saber cuando parar. Ojalá los directores de la peli recordasen aquel viejo refrán castellano que dice que "Lo poco gusta y lo mucho cansa".

Y es que una vez planteado el desquiciado argumento y su original aproximación al concepto del multiverso, una vez sorprendido al espectador media docena de veces, una vez exprimido el talento de Yeoh para desdoblarse a si misma en decenas de versiones, llega un momento en que el chiste empieza a alargarse. Son dos horas y veinte de darle vueltas a la misma rueda una y otra vez, de estirar la originalidad, la sorpresa y el descarrilamiento mental. El último tercio de película es como ese amigo gracioso que se tira dos horas contando chistes y acaba aburriendo un poco (o un mucho).

Con media hora o tres cuartos menos de metraje nos hubiese sorprendido y maravillado igual y la narración no hubiese perdido nada. Hay un momento en que parece que los directores se gustan mucho, incluso demasiado, a si mismos.

Por poner todo esto en contexto: Mientras escribo esta reseña me he acordado de que ayer, en un canal de TDT emitieron Los caballeros de la mesa cuadrada, una de las muchas genialidades de los Monty Python. Para desarrollar otra divertidísima locura plasmada en celuloide, Terry Gilliam, Terry Jones y sus desquiciados compañeros invirtieron una hora y media. Exactamente cincuenta minutos menos que Dan Kwan, Daniel Scheinert y Daniels en la suya. A veces hay que saber parar a tiempo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cornapecha
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