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Voto de cineartealma:
10
Voto de cineartealma:
10
8.1
90,909
Thriller. Intriga. Drama
Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2017
9 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me emociona esta película, mucho, muchísimo, porque me transmite amor, amor verdadero. Es un relato intenso pero al mismo tiempo reposado, es absolutamente devorador en todos los sentidos. Es un poema de amor desesperado.
Dos hombres que aman, aman a dos mujeres a las que veneran, a las que idolatran, a las que que su luminosa presencia hace caer rendidos. Ellos luchan por amor, y luchan por justicia. Porque el amor y la justicia son a veces la misma fuerza.
Deben estar a su glorioso nivel, deben merecerlas, deben entregarse al amor que ellas les hacen sentir, sólo de ese modo podrán sobrevivir.
Y tras ver el filme, más que respuestas se me plantean distintas preguntas, y éstas inquietan mi mente:
¿Por qué existe la injusticia?...
¿Por qué existe el amor?...
El deseo es la fuerza más poderosa ¿también la más depredadora y destructiva?
¿Qué es para mí la justicia?...
¿Dónde está la verdad?...
¿Qué hago yo para llegar a la verdad?...
¿Qué se hace con el amor que se siente?...
¿Qué hace una persona con la fuerza de su deseo?... ¿Qué hace una persona con su ira?
¿Qué hago yo, o qué haría yo, ante la injusticia?...
Infinidad de preguntas, infinidad de dudas y de enigmas. Qué difícil es entender, qué difícil es aceptar, qué difícil es para una persona vivir sin poseer aquello que más desea y ama.
Ricardo Darín construye un personaje inolvidable, de una calidez masculina que emociona. La suya es de esas actuaciones que se te quedan grabadas en la memoria mucho después de haberlas visto y sentido, por naturales y por entregadas. Un actor brillante, sensible, seguro y consistente. Con tablas, con emoción, con honradez, con amor, con mucho, mucho talento.
Soledad Villamil le da una réplica soberbia, sabedora de su aplomo sabe utilizarlo. Su ''Irene'' resulta elegante y vigorosa.
Su banda sonora es sugerente y embaucadora. Acompaña a los personajes, va de la manos de los acontecimientos que en la cinta se van sucediendo, y lo hace con maestría.
Realmente su final, que a nadie deja indiferente porque cierra la historia no sólo conmocionando sino dejando en el aire preguntas que incomodan, no tendría el valor que tiene sin todo el desarrollo narrativo del filme, que posee un ritmo perfecto. Digamos que sabe hacia donde dirigirse, por tanto jamás duda, toca las teclas que tiene que tocar para que la melodía suene, pero sin olvidarse de los silencios. La fuerza y los matices del relato se dan la mano todo el tiempo.
Me encantó el momento de la nota en mitad de la noche del protagonista. Del ''Temo'' al ''Te amo'' sólo una letra, sólo un abismo.
Dos hombres que aman, aman a dos mujeres a las que veneran, a las que idolatran, a las que que su luminosa presencia hace caer rendidos. Ellos luchan por amor, y luchan por justicia. Porque el amor y la justicia son a veces la misma fuerza.
Deben estar a su glorioso nivel, deben merecerlas, deben entregarse al amor que ellas les hacen sentir, sólo de ese modo podrán sobrevivir.
Y tras ver el filme, más que respuestas se me plantean distintas preguntas, y éstas inquietan mi mente:
¿Por qué existe la injusticia?...
¿Por qué existe el amor?...
El deseo es la fuerza más poderosa ¿también la más depredadora y destructiva?
¿Qué es para mí la justicia?...
¿Dónde está la verdad?...
¿Qué hago yo para llegar a la verdad?...
¿Qué se hace con el amor que se siente?...
¿Qué hace una persona con la fuerza de su deseo?... ¿Qué hace una persona con su ira?
¿Qué hago yo, o qué haría yo, ante la injusticia?...
Infinidad de preguntas, infinidad de dudas y de enigmas. Qué difícil es entender, qué difícil es aceptar, qué difícil es para una persona vivir sin poseer aquello que más desea y ama.
Ricardo Darín construye un personaje inolvidable, de una calidez masculina que emociona. La suya es de esas actuaciones que se te quedan grabadas en la memoria mucho después de haberlas visto y sentido, por naturales y por entregadas. Un actor brillante, sensible, seguro y consistente. Con tablas, con emoción, con honradez, con amor, con mucho, mucho talento.
Soledad Villamil le da una réplica soberbia, sabedora de su aplomo sabe utilizarlo. Su ''Irene'' resulta elegante y vigorosa.
Su banda sonora es sugerente y embaucadora. Acompaña a los personajes, va de la manos de los acontecimientos que en la cinta se van sucediendo, y lo hace con maestría.
Realmente su final, que a nadie deja indiferente porque cierra la historia no sólo conmocionando sino dejando en el aire preguntas que incomodan, no tendría el valor que tiene sin todo el desarrollo narrativo del filme, que posee un ritmo perfecto. Digamos que sabe hacia donde dirigirse, por tanto jamás duda, toca las teclas que tiene que tocar para que la melodía suene, pero sin olvidarse de los silencios. La fuerza y los matices del relato se dan la mano todo el tiempo.
Me encantó el momento de la nota en mitad de la noche del protagonista. Del ''Temo'' al ''Te amo'' sólo una letra, sólo un abismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una pega tan sólo: la escena del partido de fútbol, por exagerada, remota y casi imposible. Que la acepto porque quiero aceptarla, porque la película es una auténtica maravilla e intento amarrarme al ''Increíble pero cierto'', sí, pero que se pasa cuatro pueblos y que podría haberse simbolizado de un modo más prudente aquello de ''Una persona puede cambiar todo menos su pasión'', también. Resulta tan remoto, y gratuito narrativamente, que el protagonista vaya a buscar al culpable a un partido de fútbol donde se concentran unos 80.000 espectadores y lo encuentre, y encima teniendo como única referencia física de éste unas pequeñas e imprecisas fotos, pues resulta cuanto menos excesivo e improcedente.