Los demonios que atormentan a los protagonistas de estas tres historias que se cruzan, son muy reales y muy difíciles de vencer. Londres y unas vidas que intentan salir a flote y de sus propios miedos.
Idris Elba hace un buen papel de ex deportista decadente y creo que al final se lleva a su personaje a un extremo muy innecesario y podía haberse quedado en mucho menos.
Gemma Arterton es una de las caras mas bonitas que ha dado el cine anglosajón y hace un papel impecable de mujer perfecta por la que Elba, el fotógrafo o cualquiera podría perder la cabeza.

La historia del joven pandillero tiene fuerza y aunque es predecible encaja perfectamente en una película sobre dramas humanos.

La historia del taxista es la que menos impacta, no tiene el gancho que tienen las otras dos y aunque tiene el mismo tono crudo y real.

La película se deja ver, pero no aporta nada nuevo. La visión pesimista del director sobre la condición humana y sobre la mierda que es la vida no hacen de esta película nada mas que un entretenimiento.