Ya en Higurashi no naku koro ni habíamos empezado a conocer a Rika, la niña con alma de hada, y sabíamos que había algo diferente en ella. No era una niña normal. Pero en lugar de hacernos desconfiar (no en vano, ya que prácticamente todos sus amigos habían demostrado ser capaces de cometer las peores atrocidades, sobre todo Shion) Rika siempre había mostrado piedad, pureza, inocencia, incluso en los momentos en los que era inequívoco que ella sabía algo que los demás ignoraban. Ya en la primera temporada pensé: "Si, como algunos afirman, es la reencarnación de Oyashiro-sama, Rika es su versión benévola; la que conoce y sufre el destino de los hombres y no puede hacer nada por evitarlo". El problema de Higurashi no naku koro ni -y lo que hace de él un anime extraordinario- es que era un acertijo tan grande y complejo que no te dejaba tiempo para pensar las cosas con frialdad.

  Ahora sabemos que Rika no era una médium o un recipiente a través del cual se manifestaban fuerzas ocultas. Es que ella ha vivido en todos esos mundos -arcos de tiempo- una y otra vez durante un siglo; y una y otra vez ha visto a sus seres más queridos volverse locos y/o morir. Rika es el hilo conductor a través del cual descubrimos de seguro lo que ocurre en Hinamizawa, si bien no sabemos por qué se repite Junio de 1983 como un bucle maldito ¿O es Rika la única maldita, condenada a vivir en el mismo espacio-tiempo por toda la eternidad? A lo mejor el mundo siguió su curso, aunque la pregunta es ¿Cuál de esas líneas de tiempo que conocimos en la primera temporada es la auténtica? ¿O quizás lo son todas y Higurashi no naku koro ni se basa en los universos paralelos?

  Lo más extraño de todo es que todo era normal en Hinamizawa, la continuidad del espacio-tiempo era la natural, hasta junio de 1983. Lo que debemos preguntarnos es qué ocurrió para desencadenar la tragedia que luego desembocaría en el bucle eterno que ya conocemos. ¿Cuál fue el verdadero origen y por qué por mucho que se devuelva el tiempo atrás la desgracia acaba por imponerse? ¿Fue la entrada en Hinamizawa de Keiichi, o empezó un año antes con Shion y Satoshi? ¿Cuál es el verdadero papel del fotógrafo Jirou y la enfermera/investigadora Katano? Puede que lo descubramos y puede que no.

  Sabemos quiénes son: Keiichi, Mion, Rena, Rika, Satoko y Shion. El club de amigos de Higurashi no naku koro ni, y su núcleo. Les hemos visto jugar y divertirse, dudar y desconfiar, mentir y asesinar. Ahora descubrimos a alguien más, Hanyuu, un espíritu infantil que solo Rika puede ver y oír (y que tiene sus mismos ojos, a pesar de que sus ropajes delatan una época ancestral, o el disfraz de miko del Watanagashi). Hanyuu tiene carita y actitud angelical, y por alguna razón está unida a Rika a quién sigue una y otra vez por los distintos mundos si bien no puede -o no quiere- hacer nada por cambiar el destino. Rika también había empezado a perder la esperanza de que pudieran vivir todos felices y en paz... hasta que vio a Keiichi recordar lo que les había hecho a Mion y Rena en uno de los mundos, y con sus palabras consiguió detener la paranoica furia de Rena ya al final de Higurashi no naku koro ni.

  Aquí, en Kai, todos los sueños y esperanzas de Rika se apoyan en Keiichi y su asombrosa capacidad de recordar detalles de mundos pasados; cosa que nunca antes había ocurrido. Quizás, piensa Rika, quizás ésta vez sí que encuentre la forma de evitar la tragedia...

  Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero no es el caso. Higurashi no naku koro ni: Kai se queda a años luz de su predecesora y origen, pero eso no significa que carezca de calidad. Sencillamente es que las comparaciones son odiosas. Higurashi no naku koro ni jugaba con el espectador, arrastrándote a un violento e intenso laberinto del que era imposible escapar. Y aunque quisiéramos cerrar los ojos nos obligaban a mirar, a admirar su grandiosa e inteligente fuerza destructiva.

Aquí, Rika nos coge dulcemente de la mano y nos lleva con suavidad por su mundo hecho de pedazos de tiempo y espacio. Siendo una niña con corazón de ángel sabemos que no hay nada que temer, nada que recelar. Ésta historia nos la cuentan con mimo y ternura, como si quisieran protegernos del dolor. No es que no lo aprecie, pero no es esto lo que esperaba de una secuela de Higurashi no naku koro ni.

  De hecho yo prefiero considerar Higurashi no naku koro ni: Kai un OVA de la original, porque más que una serie en sí misma es una explicación detallada de la primera parte; añade ciertas cosas a la historia, pero no las suficientes para considerarla genuina, no como serie propia.