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Voto de Meroe:
8
7.8
2,933
Serie de TV. Animación. Drama. Comedia. Acción. Aventuras
Serie de TV (1998-2000). 43 episodios. El profesor Onizuka se presenta a si mismo con las siglas G.T.O escritas en la pizarra para sus alumnos de tercero – 4. “Great teacher Onizuka” se pondrá a prueba con el grupo problemático del colegio, al entrar en la clase donde será profesor oficialmente por primera vez en su vida. (FILMAFFINITY)
13 de febrero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curioso título ¿verdad? Hacía bastante tiempo que no usaba un título tan extraño en ninguno de mis artículos, para ser exactos desde que escribí la crítica de Ansatsu Kyoushitsu. Normalmente suelo ponerme seria cuando se trata de opinar sobre animes procurando darles una presentación adecuada; pero a veces, solo a veces, cierta historia despierta mi lado chispeante y entonces me pongo juguetona. Dicen que los nombres que otorgamos tienen una gran sabiduría y es que son reveladores de nuestro pensamiento. Para elegir como título “La fuente del pulpo amarillo” es evidente que me sentía muy juguetona. Lo curioso es que Great Teacher Onizuka por muy buen anime que sea no ha inspirado esa parte de mi, no por sí mismo. Es que su historia me ha devuelto a esa clase de marginados en la secundaria Kunugigaoka, donde el primer día una sonriente y tentaculosa criatura amarilla daba clase con toda tranquilidad mientras sus alumnos intentaban acribillarlo a balazos.
No pocas veces he comentado lo mucho que me gustó el anime Assassination Classroom, tanto que a la hora de hablar sobre él y valorarlo de una forma objetiva ante otras personas me siento incapaz de explicar qué han llevado a ese anime a convertirse en uno de mis predilectos. Como prácticamente todos las series solo la vi una vez, e incluso entonces su historia se cerró alrededor mío como lo hubieran hecho los tentáculos de Korosensei; con dulzura, quizás con más arrojo y picardía de los necesarios pero también con infinita calidez. Nunca he olvidado lo que sentí con Ansatsu Kyoushitsu, sin embargo no ha sido hasta que he visto Great Teacher Onizuka que he percibido verdaderas ganas de volver a ver ese divertidisimo anime; y es que si bien al principio creí que se trataba de mi propia y traviesa imaginación pronto llegué a la conclusión de que no es que Ansatsu Kyoushitsu se asemeje a GTO. Es que ésta es su fuente, su origen.
Un profesor estrambótico y pervertido al frente de una clase de alumnos problemáticos y reacios a aceptar su autoridad, y como poco a poco el divertido maestro se gana su respeto y simpatía es un esqueleto que ambas series comparten, pero detrás hay más, mucho más. Podría aportar uno, diez, mil ejemplos pero creo que eso sería una información negativa para quien aún no haya descubierto dicha conexión. Lo maravillosamente adorable es que Ansatsu Kyoushitsu no oculta en ningún momento quién es su progenitor. Al revés, se enorgullece de ello, lo muestra sin reservas, convirtiéndose así en un cariñoso homenaje a la gran serie que es Great Teacher Onizuka. Yo conocí a la astilla antes que al palo, y ahora puedo decir que éste último es más serio, más elegante en su estructura y desarrollo que su descendiente. Aún así yo prefiero a la amarilla, imperfecta y tierna astilla.
Volviendo a Great Teacher Onizuka, si hay algo que reconocerle es su deshinhibido sentido del humor que si bien chirría al comienzo de la serie enseguida se vuelve un elemento más de la historia otorgándole al anime una chispa especial, una sorprendente determinación por mostrarse diferente. Sin embargo lo que lo hace verdaderamente especial a mis ojos es que podría haber sido más atrevido, canalla como su protagonista pero, en el fondo, es nostálgico. Es nostálgico porque arrastra un consistente recuerdo a tiempos pasados, a cosas que debieron suceder y no sucedieron y, sobre todo, a cosas que nunca cambiarán. El eco susurrante de que a pesar de las intenciones nobles, de los buenos deseos, si seguimos los mismos pasos que aquellos que dejamos atrás también estaremos condenados a cometer sus mismos errores. Hay que tener mucho arrojo y un gran corazón para no dejarse absorber por el entorno, y en ese sentido pocos personajes he visto tan en conflicto con su entorno como Onizuka Eikichi, de 22 años de edad.
A pesar de su corta edad Eikichi es un joven que ha vivido mucho y se ha labrado una reputacion en los suburbios de Japón como un duro motero y delincuente, siempre secundado por su buen amigo Ryuji… Pero llega un momento en la vida en el que hay que aparcar la rebeldía y sentar la cabeza y he aquí que Eikichi decide hacerse profesor. La idea en si misma es un chiste y es que alguien como Onizuka Eikichi es la última persona que nos imaginariamos enseñando a nadie; lo piensan todos y cada uno de los personajes de la historia y lo pensarán todas y cada una de las personas que verán GTO. No es difícil imaginarse que un hombre joven que ha cometido grandes errores en la vida para luego salir adelante fortalecido ahora quiera instruir a las nuevas generaciones y se convierta en su inspiración tal que Oh, capitán. Mi capitán… Pero es que Onizuka Eikichi no ha salido adelante en nada de su vida. Es pervertido rozando la pedofilia, ordinario y maleducado, perezoso, narcisista, inmaduro y no siente ni el más mínimo respeto por la autoridad. Pero también es un hombre apasionado, confiado, audaz, brutalmente sincero y constante en todo lo que hace; y son éstas últimas y extraordinaria cualidades las que hacen que la directora de la Academia del Bosque Sagrado lo escoja como nuevo profesor. Ella, una mujer tan afable como inteligente, sabe que nada cambia si nada cambia y ve en el potencial de Eikichi una esperanza de futuro.
Y así, un ser con más aptitudes para entrar como guitarrista en una banda de barrio que para tomar ningún puesto de responsabilidad es adjudicado como tutor a la clase más conflictiva y peligrosa de toda la Academia. Pero ¡un momento! ¿Es que esos adolescentes son hijos de gente pobre y barriobajera, delincuentes en potencia? Desde luego que no. Quien más quien menos todos son niños bien, hijos de personas con estatus en la sociedad, jóvenes inteligentes, educados y muy responsables con sus deberes y obligaciones. Pero, ay; cuidemonos de la malicia que puede tener la cara más angelical y respetable de todas.
(Sigue en spoiler)
No pocas veces he comentado lo mucho que me gustó el anime Assassination Classroom, tanto que a la hora de hablar sobre él y valorarlo de una forma objetiva ante otras personas me siento incapaz de explicar qué han llevado a ese anime a convertirse en uno de mis predilectos. Como prácticamente todos las series solo la vi una vez, e incluso entonces su historia se cerró alrededor mío como lo hubieran hecho los tentáculos de Korosensei; con dulzura, quizás con más arrojo y picardía de los necesarios pero también con infinita calidez. Nunca he olvidado lo que sentí con Ansatsu Kyoushitsu, sin embargo no ha sido hasta que he visto Great Teacher Onizuka que he percibido verdaderas ganas de volver a ver ese divertidisimo anime; y es que si bien al principio creí que se trataba de mi propia y traviesa imaginación pronto llegué a la conclusión de que no es que Ansatsu Kyoushitsu se asemeje a GTO. Es que ésta es su fuente, su origen.
Un profesor estrambótico y pervertido al frente de una clase de alumnos problemáticos y reacios a aceptar su autoridad, y como poco a poco el divertido maestro se gana su respeto y simpatía es un esqueleto que ambas series comparten, pero detrás hay más, mucho más. Podría aportar uno, diez, mil ejemplos pero creo que eso sería una información negativa para quien aún no haya descubierto dicha conexión. Lo maravillosamente adorable es que Ansatsu Kyoushitsu no oculta en ningún momento quién es su progenitor. Al revés, se enorgullece de ello, lo muestra sin reservas, convirtiéndose así en un cariñoso homenaje a la gran serie que es Great Teacher Onizuka. Yo conocí a la astilla antes que al palo, y ahora puedo decir que éste último es más serio, más elegante en su estructura y desarrollo que su descendiente. Aún así yo prefiero a la amarilla, imperfecta y tierna astilla.
Volviendo a Great Teacher Onizuka, si hay algo que reconocerle es su deshinhibido sentido del humor que si bien chirría al comienzo de la serie enseguida se vuelve un elemento más de la historia otorgándole al anime una chispa especial, una sorprendente determinación por mostrarse diferente. Sin embargo lo que lo hace verdaderamente especial a mis ojos es que podría haber sido más atrevido, canalla como su protagonista pero, en el fondo, es nostálgico. Es nostálgico porque arrastra un consistente recuerdo a tiempos pasados, a cosas que debieron suceder y no sucedieron y, sobre todo, a cosas que nunca cambiarán. El eco susurrante de que a pesar de las intenciones nobles, de los buenos deseos, si seguimos los mismos pasos que aquellos que dejamos atrás también estaremos condenados a cometer sus mismos errores. Hay que tener mucho arrojo y un gran corazón para no dejarse absorber por el entorno, y en ese sentido pocos personajes he visto tan en conflicto con su entorno como Onizuka Eikichi, de 22 años de edad.
A pesar de su corta edad Eikichi es un joven que ha vivido mucho y se ha labrado una reputacion en los suburbios de Japón como un duro motero y delincuente, siempre secundado por su buen amigo Ryuji… Pero llega un momento en la vida en el que hay que aparcar la rebeldía y sentar la cabeza y he aquí que Eikichi decide hacerse profesor. La idea en si misma es un chiste y es que alguien como Onizuka Eikichi es la última persona que nos imaginariamos enseñando a nadie; lo piensan todos y cada uno de los personajes de la historia y lo pensarán todas y cada una de las personas que verán GTO. No es difícil imaginarse que un hombre joven que ha cometido grandes errores en la vida para luego salir adelante fortalecido ahora quiera instruir a las nuevas generaciones y se convierta en su inspiración tal que Oh, capitán. Mi capitán… Pero es que Onizuka Eikichi no ha salido adelante en nada de su vida. Es pervertido rozando la pedofilia, ordinario y maleducado, perezoso, narcisista, inmaduro y no siente ni el más mínimo respeto por la autoridad. Pero también es un hombre apasionado, confiado, audaz, brutalmente sincero y constante en todo lo que hace; y son éstas últimas y extraordinaria cualidades las que hacen que la directora de la Academia del Bosque Sagrado lo escoja como nuevo profesor. Ella, una mujer tan afable como inteligente, sabe que nada cambia si nada cambia y ve en el potencial de Eikichi una esperanza de futuro.
Y así, un ser con más aptitudes para entrar como guitarrista en una banda de barrio que para tomar ningún puesto de responsabilidad es adjudicado como tutor a la clase más conflictiva y peligrosa de toda la Academia. Pero ¡un momento! ¿Es que esos adolescentes son hijos de gente pobre y barriobajera, delincuentes en potencia? Desde luego que no. Quien más quien menos todos son niños bien, hijos de personas con estatus en la sociedad, jóvenes inteligentes, educados y muy responsables con sus deberes y obligaciones. Pero, ay; cuidemonos de la malicia que puede tener la cara más angelical y respetable de todas.
(Sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Los integrantes de la clase 2-4 de la Academia del Bosque Sagrado están unidos por un pacto sagrado cuyo motivo no es ni más ni menos que destruir a todo aquel que quiera enseñarles, y hasta ahora han cumplido bien su propósito. Entre los líderes que detestan a los profesores (cada uno por distintas razones), los amigos y seguidores de dichos líderes y los desgraciados oprimidos por la presión del grupo, se ha creado un caldo de cultivo que desafía cualquier autoridad. ¿Comprendeis ahora la sabía y visionaria decisión de la directora?
Great Teacher Onizuka es la historia de cómo un ex delincuente con un corazón sincero se convierte en tutor de una clase destructiva y cómo poco a poco cambia la imagen que esos niños tienen de los profesores. Comienza por el íntegro y tímido Yoshikawa, blanco del bullying más cruel y sordido por parte de varias chicas de la clase, dándole al joven un motivo para desear seguir vivo. Continúa con la bonita, torpe y no demasiado despierta Toroko, al mostrarle un camino a seguir en la vida. Después les toca el turno a los líderes que en sus intentos por destruir a Eikichi descubren que ese maestro está hecho de una pasta totalmente desconocida. Onizuka es divertido, honesto hasta la transparencia y -algo novedoso y casi imposible- realmente se preocupa por ellos. Kikuchi, el inteligente e intuitivo genio de los ordenadores, es el primero en abrir su mente y negarse a participar en más atentados contra la integridad de Onizuka. Éste camino no tarda en tomarlo también Murai, un muchacho rebelde y mordaz que como hijo de una mujer muy joven y soltera desconfía de todos los “adultos”. (Éste joven en el vigésimo capítulo de la serie se convierte en el protagonista de una historia de amor infinitamente preciosa y cálida, demostrando que el chico más duro tiene un interior tierno como el algodón).
Y así, paso a paso y sin más talento que la capacidad para mostrarse sin máscaras, Onizuka Eikichi se gana los corazones de todos los que le conocen, incluyendo tal vez al histérico y nervioso subdirector Uchiyamada, que tiene a Onizuka entre ceja y ceja. Los capítulos que comparten ellos dos y el amado Cresta blanco del subdirector que siempre acaba convertido en una escultura de Chillida son de las cosas más divertidas que he visto. Sí, Great Teacher Onizuka es una serie cómica, pero también está llena de momentos profundos y muy dulces, momentos para pensar, momentos para disfrutar.
Siempre asociaré Great Teacher Onizuka con un día de invierno tan gélido y desapacible que la nieve bloqueó casi todos los medios de transporte. Un día en el que tuve que esperar más de diez horas para llegar a mi destino después de haber sido mareada entre unos y otros, totalmente sola y helada por las temperaturas bajo cero. Y en medio de toda esa desolación e impotencia GTO se convirtió en mi evasión; me reí en un día en que lo que me apetecía era gritar, y después lloré al escuchar la preciosa canción Shizuku; un Ending emotivo como pocos.
Es muy, muy difícil despertar buenos pensamientos en ciertos momentos de la vida y éste anime lo consiguió conmigo. A pesar de poseer un final acelerado y poco digno a mi entender, Great Teacher Onizuka es una serie de gran calidad y sabiduría que todos deberían ver. Un anime básico, una pequeña joya.
Great Teacher Onizuka es la historia de cómo un ex delincuente con un corazón sincero se convierte en tutor de una clase destructiva y cómo poco a poco cambia la imagen que esos niños tienen de los profesores. Comienza por el íntegro y tímido Yoshikawa, blanco del bullying más cruel y sordido por parte de varias chicas de la clase, dándole al joven un motivo para desear seguir vivo. Continúa con la bonita, torpe y no demasiado despierta Toroko, al mostrarle un camino a seguir en la vida. Después les toca el turno a los líderes que en sus intentos por destruir a Eikichi descubren que ese maestro está hecho de una pasta totalmente desconocida. Onizuka es divertido, honesto hasta la transparencia y -algo novedoso y casi imposible- realmente se preocupa por ellos. Kikuchi, el inteligente e intuitivo genio de los ordenadores, es el primero en abrir su mente y negarse a participar en más atentados contra la integridad de Onizuka. Éste camino no tarda en tomarlo también Murai, un muchacho rebelde y mordaz que como hijo de una mujer muy joven y soltera desconfía de todos los “adultos”. (Éste joven en el vigésimo capítulo de la serie se convierte en el protagonista de una historia de amor infinitamente preciosa y cálida, demostrando que el chico más duro tiene un interior tierno como el algodón).
Y así, paso a paso y sin más talento que la capacidad para mostrarse sin máscaras, Onizuka Eikichi se gana los corazones de todos los que le conocen, incluyendo tal vez al histérico y nervioso subdirector Uchiyamada, que tiene a Onizuka entre ceja y ceja. Los capítulos que comparten ellos dos y el amado Cresta blanco del subdirector que siempre acaba convertido en una escultura de Chillida son de las cosas más divertidas que he visto. Sí, Great Teacher Onizuka es una serie cómica, pero también está llena de momentos profundos y muy dulces, momentos para pensar, momentos para disfrutar.
Siempre asociaré Great Teacher Onizuka con un día de invierno tan gélido y desapacible que la nieve bloqueó casi todos los medios de transporte. Un día en el que tuve que esperar más de diez horas para llegar a mi destino después de haber sido mareada entre unos y otros, totalmente sola y helada por las temperaturas bajo cero. Y en medio de toda esa desolación e impotencia GTO se convirtió en mi evasión; me reí en un día en que lo que me apetecía era gritar, y después lloré al escuchar la preciosa canción Shizuku; un Ending emotivo como pocos.
Es muy, muy difícil despertar buenos pensamientos en ciertos momentos de la vida y éste anime lo consiguió conmigo. A pesar de poseer un final acelerado y poco digno a mi entender, Great Teacher Onizuka es una serie de gran calidad y sabiduría que todos deberían ver. Un anime básico, una pequeña joya.