Dos asesinos (Colin Farrell y Brendan Gleeson – Harry Potter y la Orden del Fénix, The Village, Cold Mountain, Pandillas de Nueva York-) a sueldo mal hablados, bueno uno más que el otro, deben esconderse luego de que el último trabajo ha salido mal, y para ello Brujas, Bélgica es el lugar. Allí deberán esperar la llamada de su jefe Harry Waters (Ralph Fiennes), que una vez hecha hará que las cosas se compliquen, y se compliquen…
Genial película de gran guión y dirección que mezcla humor negro, oscuro, ridículo pero para nada fácil o simplista, de harta palabrota, junto a una historia que te sorprende y envuelve mientras va desarrollando su drama, y suspenso. Transcurre en una ciudad de arquitectura medieval, gótica, en donde probablemente no iría de vacaciones (también soy más del tipo Las Bahamas) pero que tiene mucho que ver con el carácter de la película. Ahora si bien la comedia forma parte de esta cinta, el thriller y el drama son los que finalmente se apoderaran de la película, es raro porque otorga gigantescos sorbos de la una y la otra, pero no logra, de manera alguna, ahogar, o marear, realmente funciona.
Así, la mezcla de estos estilos es simplemente fantástica, la música acompaña de manera espectacular y ayuda a que te cautives con cada escena, de buena fotografía, y aunque sientes que a momentos decae, vuelve a golpearte con algo, cualquier cosa, que logra mantenerte atento y pegado a tu asiento.
Totalmente recomendable. No dude, véala.