Dios. Y mira que la Speed original tampoco me gustaba, pero madre mía, no sé quién parió la secuela, pero por el amor de dios QUÉ MALA.

De secuela esto tiene el transporte. Y que aparece la Bullock. Punto. Hubiese tenido su chicha que Dafoe obligase al barco a ir muy despacio como el autobús en la original. Pero no.

Sigue la clásica trama noventera de malo maloso (Willem Dafoe pasadísimo de rosca).

Jason Patric (un actor algo cara palo pero que un servidor aprecia desde que le vio en NARC) está modo fósil elevado al cubo. Se lee por ahí que le hicieron una jugarreta y que el en principio firmó por el filme si cambiaban el guión. Se le nota.

Todo tiene un aire cómico simplón que hace que nadie se preocupe por el bienestar de los protagonistas (total, apenas hay sensación de que estén en peligro) y con unos toques cómicos vergonzosos, como la escena inicial o la escena de Bullock y la motosierra.

No hay por dónde cogerla. Ni como secuela, ni como película.

Mala y prototípica.