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España España · Valencia
Voto de sbarres:
10
Drama Una noche de invierno, Pilar sale huyendo de su casa. Lleva consigo apenas cuatro cosas y a su hijo Juan. Escapa de Antonio, un marido que la maltrata y con el que lleva 9 años casada. Antonio no tarda en ir a buscarla. Pilar es su sol, dice, y además, “le ha dado sus ojos”. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es el absoluto sobre la violencia, sin un solo golpe, sin las marcas de sus manos, de su puño sobre su rostro, sin sangre, una violencia absoluta, mayúscula, omnipotente y omnipresente, que la marca tanto que la rompe, "lo ha roto todo, todo"
La violencia no la marca solo a ella, la película es la muestra de la imposibilidad de cambiar de aquel hombre mediocre, que se sabe inferior a su mujer, a una mujer que ama con locura, que venera como a una diosa. como aquellos dioses de los cuadros sobre los que ella deslizara sus manos. Pero él, ser mortal, arrogante, soberbio, no se conforma con mirarla en la lejanía, con esperar feliz la dicha de que cada día sea él el elegido. Él, pobre infeliz, más desdichado incluso que ella, teme a cada segundo perderla, teme que en uno de esos instantes, quizá en la mirada de reconocimiento, de admiración de los demás, ella se vuelva consciente de su origen divino, de su naturaleza suprema, elevada y en ese momento él lo habrá perdido todo, él lo sabe, la perderá, ¿porque querría ella quedarse con alguien como el?
Es una historia de amor, de sufrimiento, de la fragilidad humana, es una historia sobre el miedo, sobre el miedo de ella, en sus andares encogidos, sus movimientos casi sin ruido, excepto por el que producen sus pulseras, en su mirada baja, su incapacidad de sonreír, solo el arte y aquel momento entre ambos, una leve tregua, el aire en los pulmones para volver a ser arrastrado bajo el agua, solo ahí es una mujer viva, solo en esos instantes es una mujer, ahí y en la cama con él, cuando vuelve a ser la diosa abandonando su lontananza, fuera de todo aquello solo es una sombra, como ella dirá, tiene que aprender a volverse a ver.
Pero no habla solo sobre su miedo, también sobre el de él, sobre el miedo que reflejan sus ojos cuando ella sin que él le tocara se cubre previniendo el golpe, miedo a si mismo, miedo reflejado en esos ojos que retienen las lagrimas, al temer nunca poder llegar a ser otro hombre, perderla.

La película es una obra maravillosa, intimista y aterradora, no solo habla de la situación de miles de mujeres, habla también de esos hombres pequeños, hombres que tiemblan, que no encajan en la sociedad, en el rol que dispusieron para ellos, hombres hundidos, hombres temerosos, perdidos. Y como culmen, aquella ultima mirada del marido, porque al final sabe que fue su actuación la que provoco que ella se diera cuenta de su condición de diosa, de la pequeñez de él, su insignificancia, porque la pierde, porque la ha perdido y ahora, sin su diosa, sin sus brazos, sus piernas, su cuello, sin sus ojos, esta ciego.
sbarres
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