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España España · Valencia
Voto de Lefty:
7
Comedia Un fabricante catalán de porteros electrónicos viaja a Madrid, acompañado de su amante, para asistir a una cacería que él mismo ha organizado. Lo que pretende es relacionarse con gente de la alta sociedad española para promocionar su negocio. En la finca del marqués de Leguineche conoce a diversos personajes y vive multitud de situaciones tan absurdas como disparatadas. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es la moraleja con la que finaliza Berlanga una de sus obras más famosas ("...desgracia habitual mientras existan ministros y administrados"). "La escopeta nacional" es una graciosa revisión de la sociedad española del final del franquismo. Aparece la figura del noble, del político, del cura, de la fresca, y del industrial catalán. Y el entorno de todas estas especies: una cacería en la dehesa y la correspondiente hacienda. Todos hablan, todos participan, pero de entre todos el señor Canivell, flamante productor de porteros autmáticos, es el que más debe hacer, porque quiere ganarse el respaldo de los personajes influyentes con quienes se codea durante la cacería para colocar su producto en el mercado. En medio de esta simple trama Berlanga plantea un montón de situaciones que rayan el absurdo, aunque no son absurdas. Todo el vocerío, el sinsentido, el ir de un lado para otro es la parodia de lo que representan todos los personajes: el principio del destape; los dictadores destronados sudamericanos; la Obra, sus tentáculos y sus tecnócratas; la Iglesia en su cara sucia y servil, y los juegos políticos de debajo de mantel. El pobre Canivell, que debe pasar hasta por negociador para vender sus porteros, se queda con un gancho de perdices rancias y unos duros de menos en la bolchaca.
Berlanga coge el folclore español, lo ordena alocadamente, y el producto final es ironía fina, sangrante para aquellos a los que señala. Además es una película atemporal. Está hecha en el 78 pero es válida a día de hoy, y lo seguirá siendo. O mucho tienen que cambiar las cosas.

"¡Ah, es cierto! Usted es el novio de esa señorita. Pues nada, cuando mi hijo haya terminado con ella, me dice lo que le debo y en paz. ¡Y no me tutee!"
Lefty
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