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Voto de Carlos Mulero:
9
Drama Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
16 de enero de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como un beso sin mejilla, la soledad que nos invade al ser conscientes de nuestra mortalidad es el terreno allanado por donde nos conduce Haneke en Amour. Sin idealizar, enfatizar ni recargar con sentimentalismo todo aquello que filma, humaniza con profundo respeto la relación que tiene una pareja de músicos octogenarios formada por Georges (Jean-Louis Trintignant) y su mujer Anne (Emmanuelle Riva) cuando ésta necesita cuidados a raíz de un ictus cerebral. No hay embellecimiento en ninguna de la tareas que Georges amorosamente se encarga de hacer, si no piedad por el camino a la muerte, rasgo heredado del mejor cine de Ingmar Bergman. A su vez, la película está montada sobre una estructura rítmica incorregible, con una breva inserción en completo silencio de seis lienzos pictóricos que encontramos en la casa que reproducen paisajes que nos hacen alejar por unos momentos nuestro punto de vista, ya que la historia transcurre en casi toda su totalidad en el interior de la casa.
En mi opinión creo que el crudo drama y terror que desprende Amour reside en el momento en que dejamos de pensar que somos dueños de una inmortalidad de cuarenta o cincuenta años por vivir, y nos damos cuenta de que somos finitos. Sin lugar a duda, Haneke apela a lo más noble y a lo más terrible del ser humano, dejándonos una gran experiencia al haber visto esta película.
Carlos Mulero
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