La verdad, es que esperaba más de la película en el momento en que me senté en la butaca. Como lector de Harry Potter ya sabía a lo que iba, y también sabía que estaba ante una película basada en un libro, por lo que no podía esperar el mismo nivel de detalle y trama en la historia. A decir verdad, la película no me decepcionó en cuanto al recorte de metraje, algunos actores eliminados (como los tíos de Harry) son lo más grave. La película se desarrolla de un modo regular, algo acelerado y con cambios de ritmo hacia la mitad de la misma, que a veces puede despistar al espectador, quizás carezca de diálogos que ayuden a comprender la trama principal de la historia y apoyen el continuo chorro de efectos especiales en pantalla, auténticamente impactantes y sobrecogedores. La trama principal en sí pierde peso eclipsada por los acontecimientos del “torneo de los tres magos”. Cuyas pruebas no decepcionaran al público, por su originalidad y recreación en pantalla, un poco osco es el momento en que llegamos a ellas, sin explicación previa ni explicación posterior…peor en fin después de todo es cine. Otro detalle, en este caso neutral en cuanto a la crítica, es la “forma” del castillo Hogwarts, que ya transformó Cuarón de una forma intolerable para los fans, dándole un carácter sencillamente diferente a como nos lo planteo Culumbus en las excepcionales primeras entregas. Los decorados son descaradamente diferentes y algunos detalles cambian incluso respecto a “el prisionero”. Pero en fin, no lamentarán la cuarta aventura del niño mago. Bravo Mike.