A la tercera va la vencida, o eso dicen. La primera película de la saga fue alabada por muchos, la segunda defenestrada por otros muchos más (a mí me gustó, para qué nos vamos a engañar) y aquí estamos con la tercera.

La situación de Ethan Hunt ayuda mucho a imprimirle tensión a la película. Cuando parece que ya va a dejar de lado su trabajo de espía de campo y que ha encontrado a la chica de sus sueños, la desaparición de una de sus antiguas compañeras (y alumna suya) le hace volver a las andadas.

Tom Cruise está en su salsa y hace un trabajo excelente, teniendo en cuenta que el papel era el más profundo y complejo de toda la saga. No podía faltar Ving Rhames acompañándole, con esa complicidad y esas bromas que dan mucha vida a la película. Es cierto que Abrams tira bastante de giros para intentar sorprender, pero lo bueno de eso es que en alguno de esos giros consigue sorprender.

Lo malo es que abusa de la "pata de conejo" como hilo conductor de toda la película y al final no resuelve nada. Algo tan importan entorno a lo cual ha girado el guión no puedes dejarlo así sin resolver sin más. El tema también de la agente secuestrada lo olvida rápidamente y parece, en términos generales, el prólogo.

En definitiva, J.J. Abrams ha conseguido crear una película madura, con sus altos y sus bajos, sus más y sus menos en el guión, pero eficaz, no pierde el ritmo, la acción es trepidante, las misiones planificadas y efectuadas de forma espectacular.