Impactante thriller, bastante desconocido y que me ha sorprendido por su sólida ejecución.
Dirigida por el cineasta francés Jerome Salle e interpretada y coronada por dos monumentales actuaciones a cargo de Forest Whitaker y Orlando Bloom.
Su director se esfuerza en mostrar una Sudáfrica golpeada por el apartheid con unos suburbios aterradores, amenazados por los conflictos sociales y el tráfico de drogas.
A partir de aquí se nos muestra una trama de asesinato que hará tambalear la vida social y laboral de tres detectives, Kemp (Dan Fletcher), Ali Sokhela (Forest Whitaker) y Brian Epkeen (Orlando Bloom).
La muerte de una joven adolescente a la que han asesinado a golpes es la punta de inicio a una investigación sobre una nueva droga que embarcará a los detectives a desmantelar toda una red de tráfico de drogas que iniciará una oleada de corrupción y violencia.
Nos encontraremos escenas de una extrema dureza, difíciles de soportar y localizaciones en las que se respira la muerte en cada uno de sus rincones.
Grabada a gran ritmo y con grandes escenas de acción que nunca decae.
Destacaré las actuaciones de Forest Whitaker, el cual desempeña un rol interpretativo a la altura de sus mejores películas, a la memoria me llega El último rey de Escocia. Y a un Orlando Bloom casi irreconocible por su papel de policía trastornado, alcohólico y con una vida familiar rota. Tal vez y me equivocaré poco ésta sea una de sus mejores interpretaciones hasta la fecha.
Un thriller a descubrir que no tuvo gran reconocimiento comercial y se perdió casi en el olvido en Hollywood y que aconsejo a cualquier amante a este género.