Malo, malo, malo. Nicolas Cage, quién te ha visto y quién te ve ahora. Los tiempos de Con Air y La Roca han desaparecido para siempre y ya nolverán. Bueno, vale, siempre podremos ver estas magníficas películas en cualquier formato doméstico, pero el Cage que salía en aquellas cintas ya no está ni volverá. Con la película que ahora nos ocupa tenemos la prueba. Madre del amor hermoso. Lo que podría haber sido un buen trabajo, un buen thriller con toques de comedia negra, ha terminado siendo un quiero y no puedo. Viendo el final te quedas con cara de empanado total, por no decir otra cosa. El director de esto, no la llamo película porque no llega a tal nivel, es Brian Taylor, mitad del dueto de directores que perpetró las dos entregas de Crank con Jason Statham y Amy Smart, la pasable Gamer con Gerard Butler y Michael C. Hall, y Ghost Rider: Espíritu de venganza, secuela de la notable Ghost Rider con Nicolas Cage. Cinco años después de la secuela de Ghost Rider, y recuperando para la ocasión un Cage en horas bajas, el señor Taylor va por libre y, ni corto ni perezoso, escribe el guión de esto y se pone detrás de la cámara para sacarlo adelante.
Hoy, será que no tengo el día bueno o qué, pero una vez he terminado de verla mi reacción es que me han estafado. He aguantado bazofías peores, eso es verdad. He pagado casi siete euros (bueno casi catorce si cuento a mi acompañante, que le ha parecido mala) que ya no me devolverán. Claro que en aquellas había un guión mejor estructurado que aquí. Señor Taylor, léame, una historia consta de tres partes: inicio, nudo y desenlace. Vale, bien, esto lo tiene a medias, pero además le falta moldearlo, más que nada para que se entiendan ciertos comportamientos en los personajes y el motivo que los causa. Tal vez se explique en ciertas sinopsis del film, pero esto no me sirve, nada de esto se comenta durante el film. Pues, nada, empezamos a saco con la trama. No tiene ni pies ni cabeza. Tampoco culpemos a Cage de su mal trabajo, la culpa es del guión y la, llamemos, mala dirección de Taylor, hace lo que puede con lo que tiene en sus manos. Cuando está en modo histérico lo borda genial. Junto a él, tenemos a su familia en la ficción encabezada por su mujer que está interpretada por Selma Blair (inolvidable en Crueles intenciones y las dos entregas de Hellboy) y los sufridos hijos de la pareja encarnados por la actriz Anne Winters (vista en la segunda temporada de la serie de Netflix, Por 13 Razones, y que aquí está muy guapa con su uniforme de colegiala) y Zackary Arthur (al que se le pudo ver en la cinta de ciencia ficción La quinta ola (2016) junto a Chloë Grace Moretz). Bien es cierto que, en todo este despropósito estrenado a principios de año en Estados Unidos y con más pena que gloria, se salvaría el buen hacer de los cuatro actores protagonistas. Además, contiene sus buenos momentos de suspense, algunos de ellos, por desgracia, ya vistos en el tráiler, que comparado con esto le da mil vueltas.
Así, de buenas a primeras, quién quiera verla en el cine le diría que no se gastara los euros de la entrada, sinceramente. Que se esperara al estreno en formato doméstico. Hacedme caso. Y Cage deberá cambiar de representante porque en menudo bodrio se ha metido. Que yo diga esto, tiene tela. Mi nota final es de 4/10. ¿Qué os creíais que la iba a aprobar? Esto no se salva.