Fue esta la película o una de las películas que inauguraron la nueva época del western cuando éste se encontraba en las horas más bajas. De personajes de corte crepuscular anclados en cierta decepción y melancolía, en esta ocasión el film desplaza el interés de Jesse James como había sido hasta entonces para dotar de más protagonismo a Cole Younger, interpretado por David Carradine.

De metraje relativamente corto -apenas 90 minutos- posee tramos en los que si bien no existe un claro tedio sí que la lentitud hace perder cierta atención en el film, si bien esto no quita que sea una película muy interesante aunque sin llegar al nivel de los western de los años venideros: "El jinete pálido", "Bailando con lobos", "Sin perdón", "Wyatt Earp", "Tombstone"....

Aún siendo amante del western clásico como los de John Ford o Walsh, me reconozco y reconozco mi debilidad por los actuales western crepusculares, cargados de violencia que incluyen el ritual de la cámara lenta como ocurre en los filmes de Leone o Peckinpah, tres ingredientes que reúne la película de Walter Hill y la hacen ya un clásico del western.