Poco cine nacional puede valorarse de forma tan positiva como éste de Tom Fernández, un guionista transformado en director que, tras su éxito en la serie 7 vidas, nos sorprende con esta película: un drama humano, real y creíble basado en personajes normales pero que consiguen una historia extraordinaria.
Las actuaciones están, dentro de lo cabe decir de nuestros actores, excelentes y muy creíbles (un pequeño punto negativo para Gonzalo de Castro, que parece no salir nunca de su personaje calzonazos de 7 vidas)
La historia acompaña a sus personajes: todos viven momentos dramáticos, otros simpáticos, alguno un tanto patético... pero muestran situaciones reales... y a la vez increíbles. Rebosa humanidad y buenos sentimientos por todo lados. El resultado es una película emotiva, pero que no se excede en ningún momento.
Lo mejor: casi todo, porque la fotografía y la música también acompañan perfectamente a la historia y los personajes.
Lo peor: el personaje de Gonzalo de Castro (que no su actuación, que me ha parecido correcta)