Agradable sorpresa. Al ver la etiqueta de terror, temía otra de esas películas con cuatro sustos cutres, pero no. Al contrario, película entretenida, con cubos de sangre artificial y divertida en su propia exageración. Aquí la psicoquinesis no consiste en doblar una cucharilla con la mente, sino en ser capaces de reventar la cabeza - tal cual- a tu enemigo.
Mat Mercer, quien da vida a uno de los funcionarios de la cárcel de "Orange is the new black" interpreta al doctor Slovak, y la verdad que lo borda en el papel de supervillano. Pretende traspasar mediante experimentos, los poderes telequinéticos de sus pacientes para él mismo. Hasta que un grupo de ellos, logra escapar y volverá en busca de venganza.

Entretenida, sin pretensiones, final previsible, pero con muchos y divertidos efectos especiales. Lo peor es el careto de esfuerzo del protagonista cuando se concentra para reventar la cabeza del doctor. Parece que estuviera sentado en la taza de váter.