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Voto de EuTheRocker:
7
Acción. Drama Corre el año 1971, y la tensión social en Irlanda del Norte está escalando hacia una situación casi de guerra civil. Tras un motín y un enfrentamiento muy violento entre vecinos de un barrio y el ejército, un joven soldado británico con poca experiencia, Gary, se extravía en las peligrosas calles de Belfast, donde el conflicto del IRA está en plena ebullición, y donde patrullan unidades paramilitares y bandas radicales callejeras. (FILMAFFINITY) [+]
29 de enero de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hemos evolucionado, o eso creemos. Hemos desarrollado nuevas tecnologías que nos permiten conectarnos mundialmente, derribando las limitaciones de la distancia en busca de una conciencia global que nos haga seres más sociales, permitiéndonos vivir bajo el hipócrita orgullo de llamarnos ciudadanos del mundo. Sin embargo, y muy a nuestro pesar, mantenemos intacto el instinto animal del territorialismo, marcando nuestro territorio bajo la imposición de las naciones y los gobiernos. Nos creemos que el poder legislativo, o en su defecto, la fuerza bruta, legitiman la imposición de banderas con que marcar los países, y olvidamos en el camino que la tierra es de el que suda por cuidarla, del que sangra por verla crecer y del que llora por sentirla sufrir. Conflictos varios se han producido, y se siguen viendo en el mundo, relacionados con el concepto de patria y nación. Y casi todos terminan con una estúpida pelea entre hermanos, donde los vencedores son los de siempre, y los vencidos, los inocentes que sólo querían sobrevivir.

Irlanda, ha sido uno de esos países sacudidos por la barbarie del ansia territorial, enfrentando a seres humanos que creían que sus convicciones les permitían tomar cualquier tipo de medidas para apoyar sus creencias. Yann Demange, se sumerge en un episodio de ese conflicto, adoptando un tono casi documental, heredero del mejor Paul Greengrass en "Bloody Sunday", y consigue rodar un ejercicio de tensión mantenida notable, en el que el espectador se siente obligado a revolverse en su butaca, incitado por el tono sobrio y realista de una cinta que sabe jugar sus cartas, teniendo su mejor baza en un tempo incansable que no deja resquicio al desaliento.

La gran lástima que uno experimenta al finalizar el visionado de este vibrante thriller, es la de asistir a una oportunidad perdida. Con un material de base tan poderoso, se echa en falta un trabajo más cuidado en la descripción de los personajes que desfilan por la pantalla, y una inmersión más profunda en las raíces del conflicto, evitando permanecer en una superficie en la que, por otra parte, Demange consigue el notable éxito de no señalar a culpables y víctimas, demostrando que en la irracionalidad de la violencia, todo el mundo sale perdiendo. Sin embargo, la narración se percibe tan superficial, que el espectador menos iniciado en las vicisitudes del conflicto, corre el riesgo de desorientarse en el transcurso de una trama más compleja de lo que se puede percibir en la pantalla. Una pequeña reflexión final, demostrando la frialdad del poder, y su manera de emplear al individuo como herramienta prescindible para sus propios propósitos, es lo único que se deriva de una cinta que llama a una mayor profundización en los motivos del drama que se desarrolla.

Pero aún con esos defectos, nos encontramos ante un título más que aconsejable. Una cinta que, pese a no levantar la voz de la discordia, sí que muestra la valentía y la frialdad del relato realista, que no se guarda las dobles tintas para otro momento. Una obra que sirve de retrato tanto de un país caído en desgracia (Irlanda), como de una sociedad llamada a la destrucción (la nuestra).
EuTheRocker
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