Caballero sin espada es uno de los grandes films de Frank Capra, perfectamente dirigido y en el que consigue una vez más mostrarnos a todos los extremos humanos. Por un lado la bondad, dignidad y honradez y por el otro el egoísmo, la vanidad y la ambición.
Como es de esperar, la actuación de James Stewart es brillante y carismática, con sus ya habituales diálogos agiles y ocurrentes, hablados eso sí... con el corazón, consigue empatizar con el público desde el primer momento en que aparece. También destacables las actuaciones de Harry Carey y de Claude Rains.
El argumento guarda una gran historia en su interior, empieza siendo entretenido al principio, pero poco a poco va tomando tintes interesantes para tener un final arrollador que te deja con un buen sabor de boca inolvidable, tocando la fibra sensible y dando gran sensación de esperanza de que tal vez... no todo está perdido.
Por lo que en líneas generales, la considero una cinta maravillosa, encantadora e imprescindible para todos aquellos amantes del buen cine clásico, con enormes finales y que muestre tanto las virtudes como los defectos del ser humano.