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Cine negro. Intriga. Thriller
Un agente de seguros (Fred MacMurray) y la mujer de uno de sus clientes (Bárbara Stanwyck) traman asesinarlo para cobrar un cuantioso seguro de accidentes suscrito a sus espaldas. Todo se complica cuando entra en acción Barton Keyes (Edward G. Robinson), investigador de la empresa de seguros. (FILMAFFINITY)
26 de agosto de 2013
26 de agosto de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perdición de Billy Wilder, es un thriller de intriga y cine negro único e inmejorable. Dirigida con un ritmo perfecto y apropiado para la trama, engancha al espectador desde el principio de manera efectiva para su visionado, gracias a su modo particular y experto de dirigir una obra impecable e imprescindible dentro del séptimo arte.
El guión, escrito por el mismo Wilder, y adaptado de la novela de James M. Cain es absorbente y penetrante, gracias a un argumento incitador e inquietante. Usando para ello, una narrativa clásica, directa y clara durante todo el film, que es evocadora a la trama, y que cuenta de modo personal todo lo que siente el personaje y que sucede en la historia con una voz en off.
Las actuaciones, son creíbles y admirables, por la interpretación deslumbrante y con oscuridad psicológica de Barbara Stanwyck, en uno de los mejores papeles de femme fatale que se recuerdan, siendo totalmente persuasiva en su actuación. También convincente e impecable Fred MacMurray, y expresivo y con personalidad propia Edward G. Robinson, un habitual del cine negro, trabajando en esta ocasión con carisma y empatía. Cabe destacar también, los vestuarios y caracterizaciones elegantes y cuidados en detalles de los personajes principales.
La música, es también un plato fuerte en el film, con sonidos intrigantes y desconcertantes, que acompañan hábilmente la acción en los momentos en que son requeridos. Al igual que el montaje, perfecto y con flash-back enlazando y atando bien la historia para el espectador, y sin sobrar un minuto de cinta.
Por lo que, la considero, una obra esencial y única de cine negro, apasionante y magistral en cuanto a la trama y su definición, que gustará ver a los amantes del cine clásico y de las buenas historias retorcidas e insanas, así como las narradas de forma intachable y excepcional, tan recomendable para los seguidores de Wilder, como del séptimo arte en general.
El guión, escrito por el mismo Wilder, y adaptado de la novela de James M. Cain es absorbente y penetrante, gracias a un argumento incitador e inquietante. Usando para ello, una narrativa clásica, directa y clara durante todo el film, que es evocadora a la trama, y que cuenta de modo personal todo lo que siente el personaje y que sucede en la historia con una voz en off.
Las actuaciones, son creíbles y admirables, por la interpretación deslumbrante y con oscuridad psicológica de Barbara Stanwyck, en uno de los mejores papeles de femme fatale que se recuerdan, siendo totalmente persuasiva en su actuación. También convincente e impecable Fred MacMurray, y expresivo y con personalidad propia Edward G. Robinson, un habitual del cine negro, trabajando en esta ocasión con carisma y empatía. Cabe destacar también, los vestuarios y caracterizaciones elegantes y cuidados en detalles de los personajes principales.
La música, es también un plato fuerte en el film, con sonidos intrigantes y desconcertantes, que acompañan hábilmente la acción en los momentos en que son requeridos. Al igual que el montaje, perfecto y con flash-back enlazando y atando bien la historia para el espectador, y sin sobrar un minuto de cinta.
Por lo que, la considero, una obra esencial y única de cine negro, apasionante y magistral en cuanto a la trama y su definición, que gustará ver a los amantes del cine clásico y de las buenas historias retorcidas e insanas, así como las narradas de forma intachable y excepcional, tan recomendable para los seguidores de Wilder, como del séptimo arte en general.