Personalmente "El viento" me produce la siguiente sensación que voy a exponer en el siguiente ejemplo:

Me encuentro a finales de Noviembre y observo por la ventana que hace mucho, pero que mucho viento. La escasa gente que se encuentra en las calles camina encogida y abrigada.
Me bajo los pantalones y abro la ventana. Asomo mi trasero (no rasurado) y me quedo inmóvil dejando que ese frío y agitado viento me petrifique los molestos palominos y tarzanetes causados por la dieta mediterránea.

Pasa una hora. ¡No siento mi culo! Así que decido introducirme de nuevo al reconfortante calor del hogar. Resulta enormemente complicado volver una posición equiparable a la del homo erectus en esas condiciones de rigor mortis forzado.
Hagan la prueba porque es un ejercicio de difícil ejecución. Intenten evitar los horarios de entrada y salida de los colegios, un mitin político o cualquier clase de manifestación para evitar innecesarias confusiones y futuras palizas.

Después de cerrar la ventana me siento en una silla como puedo y espero impacientemente: ¡sigo sin sentir mi culo!

Pasan otros veinte minutos y el calor comienza a notarse en forma de riego sanguíneo por mis posaderas. La sensación es tan placentera como molesta y desconocida.

Transcurren otros diez minutos y siento el calor, siento mi sangre circulando desde mi corazón hasta mis piernas... ¡Siento nuevamente mi culo!


Pues eso, que el filme de Mignogna está muy cuidado y con muy buenas interpretaciones como mis calzoncillos y su ecosistema, pero me deja frío, frío, frío hasta que llega el final donde aparecen sus virtudes y el calor humano.
¿Sobrevalorada? Mucho ¿Mala, fallida o como el culo? En absoluto.