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6.4
367
Drama
Jade era una joven madre británica en la flor de la vida cuando su ex pareja y padre de su hija la atacó con ácido y dejó su cara parcialmente desfigurada. Ahora, mientras intenta reconstruir su rostro con cirugía, su belleza queda escondida tras las cicatrices. Al mismo tiempo, va perdiendo sus relaciones personales y se adentra en una vorágine autodestructiva. Jade deberá entonces actuar para poder retomar su vida con su hija. (FILMAFFINITY) [+]
21 de diciembre de 2020
21 de diciembre de 2020
0 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos corrientes cinematográficas que en los últimos tiempos se hallan cada vez más extendidas: por un lado, el cine de la crueldad, que se recrea en la violencia, sexo y sordidez gratuitos sin ningún discurso que los sustente; por otro, cierto cine social que ha degenerado en la acumulación de desgracias para los personajes que retrata con una absoluta falta de respeto hacia los mismos, lo que popularmente se conoce como pornografía emocional. En Dirty God convergen ambas.
La película de Sacha Polak sigue a Jade, una joven madre soltera con escasos recursos que acaba de salir del hospital tras sufrir un ataque con ácido por parte de su expareja. En principio, la protagonista intenta superar las secuelas físicas y psicológicas de la agresión, recuperar la relación con su hija y continuar con su vida, pero el filme no está interesado en explorar la importancia de la imagen en la sociedad actual, la violencia machista o los esfuerzos de Jade por salir adelante, sino que vira hacia el tremendismo mientras se suceden los reveses del destino y las escenas desagradables.
La anodina dirección de Polak, con la cámara siempre cerca de su protagonista y regodeándose en sus cicatrices, y la fotografía, en la que predominan los tonos fríos, son ya un cliché en este tipo de propuestas. Vicky Knight, actriz no profesional, encarna a Jade solo con corrección. Sus cicatrices son reales, consecuencia de un incendio, por lo que molesta aún más la oportunidad desaprovechada para retratar con mayores respeto y profundidad sus circunstancias. El resto del reparto tampoco está a la altura.
En Dirty God no hay ninguna reflexión sobre la religión; el título procede de una línea de diálogo insustancial. Ese llamar la atención y querer impactar con un discurso vacío son perfecta síntesis de lo que ofrece esta película.
La película de Sacha Polak sigue a Jade, una joven madre soltera con escasos recursos que acaba de salir del hospital tras sufrir un ataque con ácido por parte de su expareja. En principio, la protagonista intenta superar las secuelas físicas y psicológicas de la agresión, recuperar la relación con su hija y continuar con su vida, pero el filme no está interesado en explorar la importancia de la imagen en la sociedad actual, la violencia machista o los esfuerzos de Jade por salir adelante, sino que vira hacia el tremendismo mientras se suceden los reveses del destino y las escenas desagradables.
La anodina dirección de Polak, con la cámara siempre cerca de su protagonista y regodeándose en sus cicatrices, y la fotografía, en la que predominan los tonos fríos, son ya un cliché en este tipo de propuestas. Vicky Knight, actriz no profesional, encarna a Jade solo con corrección. Sus cicatrices son reales, consecuencia de un incendio, por lo que molesta aún más la oportunidad desaprovechada para retratar con mayores respeto y profundidad sus circunstancias. El resto del reparto tampoco está a la altura.
En Dirty God no hay ninguna reflexión sobre la religión; el título procede de una línea de diálogo insustancial. Ese llamar la atención y querer impactar con un discurso vacío son perfecta síntesis de lo que ofrece esta película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Catálogo de desgracias que padece la protagonista:
- Desfigurada tras un ataque con ácido.
- Situación económica precaria.
- La hija no la reconoce y le llama monstruo.
- Pesadillas con su agresor.
- En el juicio se hace pis encima.
- En su primer día de trabajo recibe un insulto gratuito.
- La madre la sorprende practicando sexo online.
- El vídeo se filtra y sus compañeros de trabajo se burlan de ella.
- La madre le pide que se vaya de casa.
- Estafada con una operación de cirugía plástica.
- La madre es detenida por robo.
Mención especial para los momentos más forzados del guion. Primero, cuando Jade pierde el bolso y decide pasar la noche en la oficina y una parada de autobús con su bebé. ¿Tanto le costaba llamar a la madre o a la amiga por teléfono desde allí? Después, con la operación de cirugía plástica. ¿De verdad no sospechas de una clínica que te opera en Marruecos cuando en Reino Unido te dicen que no es recomendable? ¿No pides una segunda opinión y contrastas precios? ¿No compruebas las referencias de una clínica en un país extranjero, aunque sea la dirección en Google Maps?
- Desfigurada tras un ataque con ácido.
- Situación económica precaria.
- La hija no la reconoce y le llama monstruo.
- Pesadillas con su agresor.
- En el juicio se hace pis encima.
- En su primer día de trabajo recibe un insulto gratuito.
- La madre la sorprende practicando sexo online.
- El vídeo se filtra y sus compañeros de trabajo se burlan de ella.
- La madre le pide que se vaya de casa.
- Estafada con una operación de cirugía plástica.
- La madre es detenida por robo.
Mención especial para los momentos más forzados del guion. Primero, cuando Jade pierde el bolso y decide pasar la noche en la oficina y una parada de autobús con su bebé. ¿Tanto le costaba llamar a la madre o a la amiga por teléfono desde allí? Después, con la operación de cirugía plástica. ¿De verdad no sospechas de una clínica que te opera en Marruecos cuando en Reino Unido te dicen que no es recomendable? ¿No pides una segunda opinión y contrastas precios? ¿No compruebas las referencias de una clínica en un país extranjero, aunque sea la dirección en Google Maps?