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España España · Sevilla
Voto de Lemmytico:
10
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama Serie de TV (2017). 18 episodios. Continuación de la serie de culto "Twin Peaks", que vuelve a contar con gran parte del reparto original además de nuevas incorporaciones. La historia continúa alrededor de los personajes de Dale Cooper (Kyle MacLachlan) y Laura Palmer (Sheryl Lee), pero 25 años después. Mientras el agente sigue atrapado en la habitación roja, su alter ego macabro y sanguinario imparte el terror a su alrededor. Un nuevo ... [+]
25 de octubre de 2017
28 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que a David Lynch o se le ama o se le odia. Lo que, en mi opinión, es tan falso como tantas otras opciones excluyentes. Al menos si amarle significa creer que todo lo que hace es estupendo y maravilloso o, por el contrario, una puñetera basura pretenciosa si le odias. David Lynch es un genio, uno de los directores más originales, con un estilo más personal y con más talento para plasmarlo de la historia del cine. Esto me parece objetivo e indiscutible. Su habilidad para subvertir los imaginarios dominantes, para perturbar e invertir géneros y estereotipos, para retorcer las convenciones narrativas (los ritmos, los tropos, las estructuras) y para hacerlo mezclando terror y drama con ligereza y humor, le sitúan entre los más destacados directores de todos los tiempos. Es además uno de los grandes paradigmas del director-autor: siempre ha ido por libre, ha hecho lo que le ha dado la gana, siempre ha apostado por el cine como arte. Esto a veces se ha traducido en obras maestras, en pelis de lo más interesante, en extraños experimentos que no sabes bien si te gustan o no (a mí me pasa con “Dune”: la he visto varias veces y nunca me termino de enterar de nada, y sin embargo siempre me engancha tanto que me quedo hasta el final) y algún que otro fracaso. Y no pasa nada por decirlo. De hecho, es lo lógico: cuando apuestas a veces ganas y a veces pierdes. Su legado es una carrera de fondo repleta de coherencia y riesgo, que está por encima de la suma de sus partes. No hace falta votar “Mulholland Drive” como mejor película del siglo XXI, que estoy bastante seguro que no es, para reivindicarle, porque Lynch está por encima de todo eso.

Y si esto que digo es cierto, creo que podemos afirmar que “Twin Peaks” es seguramente el mejor resumen de la carrera de su creador. Dista mucho de ser perfecta, e invito a todo el que no lo piense a que la recupere y lo compruebe. Pero es que no hace falta que lo sea. Era 1990, Lynch, junto al entonces guionista en alza Marc Frost, cogieron algunos de los elementos que más habían contribuido al rearme moral de la América feliz y triunfadora de los 80 (las pequeñas comunidades rurales, los adolescentes de instituto, los varoniles héroes de acción) y los violaron sin piedad, como siempre le gusta hacer a Lynch, como “Corazón Salvaje” con los años 50 o “Carretera Perdida” y “Mullholand Drive” con la supuesta ciudad de ensueño que es Los Ángeles. La serie partía de una premisa simple, de un mcguffin de manual. Pero aquello era mucho más que el típico whudunit rural. La búsqueda del asesino de Laura Palmer era una excusa para mostrarnos un mundo extraño y fascinante, lleno de personajes bizarros y simbología inquietante, que deconstruía el mito de la arcadia rural y los adolescentes bonachones a base de drogas, incesto, violaciones, sociedades secretas y magia negra. Bienvenidos a los 90, don’t worry be happy. Luego la cosa no salió tan bien como pintaba al principio, con enfrentamientos con la cadena, idas y venidas de Lynch y el desplome de audiencias. Y qué más da. El daño ya estaba hecho, la herida ya estaba abierta. “Twin Peaks” demostró que se podía hacer una televisión diferente, atrevida, vanguardista, más que el propio cine incluso. Y que había espectadores deseosos de consumirla. No fue la primera piedra para que la ficción televisiva alcanzara la madurez plena como género, porque ya había habido otras antes, pero sí un hito fundamental y un salto cuántico en ese camino.

Por eso, precisamente por todo eso que os cuento, tenía muchos reparos con el regreso de Twin Peaks, 25 años después. Sí, lo había prometido Laura Palmer en una de las últimas escenas oníricas de la serie original. Y qué. Seamos francos, la famosa edad de oro de la televisión está ya herida de muerte. El momento cumbre ya ha pasado, dominan los productos manufacturados (eso sí, con muchos más medios que antaño, que ese es un legado permanente de este cambio cultural), las grandes productoras han retomado el control y la revolución televisiva, como todas, va poco a poco mutando en un nuevo orden. Claro que sigue habiendo mucho bueno y en ocasiones muy bueno. Con tanta producción, con tantos recursos y con tanta gente buena trabajando es inevitable que salgan muchas de cal. Pero el carro ya no lo conducen los caballos de la creatividad y el riesgo, del todo es posible, sino los bueyes de los resultados, la planificación de parrillas y el big data. Por eso también tanto revival, tanta adaptación, tanta precuela, spin off y universo expandido. En este contexto, ¿cómo no sospechar que incluso el viejo Lynch había sucumbido a la tentación de la nostalgia fácil? Al fin y al cabo, tampoco está en el momento de mayor popularidad de su carrera. ¿Se había vendido por fin Lynch al sistema?

Craso error por mi parte. Con una trayectoria como la de Lynch, ¿cómo he podido pensar que había agachado la cerviz? No ha sido justo por mi parte, y por eso me disculpo sinceramente con usted, señor Lynch. La tercera de Twin Peaks es lo más alejado al fan service que uno pueda imaginarse. Es todo lo contrario: una explosión incontrolada, una liberación de las cadenas de lo convencional, la redención definitiva de una serie que nació para cambiar las cosas y solo a medias le dejaron hacerlo. O para resumirlo en una imagen grosera: una patada en los huevos de la Era Dorada de la Televisión. La ficción televisiva se estaba hundiendo poco a poco en el pantano de la mediocridad, pero Lynch ha llegado y ha dicho: yo fui el primero, y sigo estando mucho más allá. No os lo merecéis, pero os voy a rescatar de esta gris marea de estrenos. Os voy a sacudir, os voy a perturbar, voy a violar a vuestros fetiches y convenciones y os obligaré a mirar. Y acabaréis riéndoos y dándome las gracias. Vaya que sí.

Sigo en spoilers por falta de espacio (pero no hay spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lemmytico
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