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España España · Oviedo
Voto de Gould:
8
Drama. Cine negro Aunque el teniente Scott Burnett, del servicio de guardacostas, padece todavía pesadillas durante su convalecencia, está decidido a casarse con su novia Eve y empezar una nueva vida. Un día, se encuentra en la playa con Peggy, la mujer de un famoso pintor ciego. Scott y Peggy se enamoran, pero ella se siente culpable y no quiere abandonar a su marido. Scott, por su parte, cree que Tod finge su ceguera para retener a su esposa a su lado. (FILMAFFINITY) [+]
6 de agosto de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar del descuidado montaje que impuso la productora RKO, de su apresurado y abrupto desarrollo dramático y de un cierre bastante deficiente, la última de las excelentes producciones que Renoir realizó en EEUU nos ofrece un explosivo cóctel, un enfermizo triángulo de pasiones desatadas y arrebatadoras, protagonizado por tres personajes psicológicamente obsesionados, sea por los celos en un amargado pintor ciego, sea por los valiosísimos cuadros en el caso de su intrigante esposa, o por una experiencia traumática en el caso del protagonista. Renoir nos entrega una película romántica y recargada, ensoñadora y excéntrica, teatral y desnuda, que enfrenta a tres gigantes de Hollywood: la fascinante Joan Bennett -que ya había vuelto loco y por partida doble a Edward G. Robinson en “La mujer del cuadro” (1944) y “Scarlet Street” (1945) ambas de Fritz Lang-, el extraordinario Charles Bickford, en uno de esos papeles aterradores y tensos de los que tanto disfrutaba, y un imponente pero sorprendentemente delicado Robert Ryan en uno de sus más destacados papeles, aqui como guardacostas que cae en las redes enviciadas de una pareja envenenadora, fuego, pasión y violencia para una gran película que podrían haber sido superior si Renoir hubiese tenido las manos libres para redondearla a su gusto.
Gould
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