8 de marzo de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un anciano, a las puertas de la muerte, reúne a su familia para proponerles un macabro juego de máscaras.
Ida Lupino dirigió este episodio con querencia por lo truculento y lo sobrenatural, empapado de fino humor negro, que nos presenta a un grupo de personajes egoístas obligados a enfrentarse a la verdad de sus corazones.
Ese viejo moribundo sabe de sobra a quién irá a parar su patrimonio: a gente desconsiderada y con mala fe, a criaturas cobardes y mezquinas que se divierten practicando la hipocresía y el cinismo. De modo que echa mano de una siniestra diversión en su última noche. Tras una vida dedicada por entero al trabajo se merece al menos esta satisfacción, qué diablos. Las buenas interpretaciones redondean un acto de justicia poética. La sombra de Edgar Allan Poe planea sobre el capítulo.
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?