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Voto de Néstor Juez:
6
6.0
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Drama
La historia gira en torno a Luis y Marta, cuyas vidas se ven paralizadas por la irrupción de una enfermedad que viene acompañada de culpa, mentiras y miedo, poniendo así a prueba la estabilidad y el amor de la pareja. (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y el día concluyó a las 22:00 en ese segundo hogar que es el Principal con otra Proyección especial de la Sección Oficial que representa otra corriente del cine previo: el depresivo drama Morir, segunda película de un Fernando Franco que sacudió al cine español hace cuatro años con La herida. De nuevo protagonizada por Marian Álvarez, la historia nos presenta a una pareja de vacaciones en la costa vasca en días de lluvia y niebla. Pero a Marta se le vendrá el mundo abajo cuando Luis le confirme que sus últimas pruebas médicas le advierten de que una terrible enfermedad acabará con su vida en cuestión de semanas. El resto del filme asistiremos a un viaje de dolor, penitencia y espera, pero también de rencor, culpa y amargura, en un adiós en el que la pareja y su unidad se viene abajo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cine asceta y directo, sórdido, de puñetazo anímico y desolación sin paños calientes. Un cine verista de ejecución formalista ajena a alardes y que enfoca su interés en el lucimiento interpretativo. Un cine escandinavo de hieratismo y parquedad verbal que, conociendo de primera mano la identidad española, dota al proyecto de un cierto aire de impostura. Impostura filmada con eficiencia pero no brillantez o ingenio. Pero el drama que lo habita en el núcleo tiene carga e intensidad, y sus personajes interpretan con mucha soltura. Por lo que se sigue su duro metraje de sufrimiento introspectivo con mucho interés, y el desarrollo de la historia sigue el ritmo adecuado y el orden de sucesos razonable para una historia de este tono, con una atmósfera opresiva muy lograda. Con todo, uno de los mejores exponentes de una corriente de cine patrio perezosa y autocomplaciente, que aquí sin embargo discurre con tino.