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Intriga. Fantástico. Thriller. Drama
Durante unas vacaciones en un paraíso tropical, una familia empieza a percibir que en la recóndita playa elegida para relajarse unas horas suceden algunas anomalías temporales...
1 de agosto de 2021
127 de 228 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me agrada escribir críticas negativas pero en este caso, entre el altruismo con potenciales espectadores y un ejercicio de autoterapia, me parecía necesario. He dejado enfriar un poco la decepción y la rabia que me invadían al salir del cine, aún así, estos sentimientos siguen impregnando mi valoración. No me alargaré con contextualizaciones ni preámbulos, vayamos al grano.
Lo que me ha irritado de esta película no es tanto el que se trate, en mi opinión, de una película realmente mala, si no que se trata de una película mala que desaprovecha una premisa que podría haber sido increíblemente buena. Acudí corriendo al cine al segundo día de su estreno tras ver su trailer. Un planteamiento prometedor: un grupo de personas atrapados en una playa paradisiaca en la que el tiempo pasa deprisa. Desde este punto de partida, las ideas a desarrollar y el profundo calado de las mismas estaba servido:
- ¿Hay algo más terrorífico que el paso del tiempo? Deberíamos asistir al despertar de la conciencia de la propia mortalidad como condición inherente a la existencia.
- Y cuando hemos entendido que vamos a morir y lo único que tenemos es un tiempo que pasa más rápido de lo que desearíamos, se plantea el verdadero conflicto: ¿qué vamos a hacer con él?
- Estos personajes han sido arrojados a un lugar maravilloso en el que inevitablemente morirán, se abre así la posibilidad de darle un sentido al tiempo o de admitir su absurdo, o quizás de ambas cosas (daría para pensar sobre el valor del tiempo, la relatividad del mismo, su dimensión longitudinal… pero parece que los personajes pasan de esas cosas).
- Y por último, el hecho de que sean varias las personas las que concurran en esa playa, sujetas a las mismas condiciones y enfrentando los mismos dilemas, abre posibilidades a la conexión, al tiempo que los confronta con la soledad que la muerte impone como experiencia individual.
Conciencia de mortalidad, emergencia de la responsabilidad entendida como la libertad de elección, necesidad de búsqueda de sentido de la vida y aislamiento existencial son los cuatro conceptos básicos del existencialismo que son intrínsecos al planteamiento de la película. ¿Cuáles de estos puntos desarrolla la película? NINGUNO.
Shyamalan convierte lo que podría haber sido un buen drama existencial en una película de terror mediocre. Estos aspectos no se tocan y cuando se intenta hacer es de forma torpe, superficial e incompleta. En su lugar, centra la trama en una sucesión de intentos fallidos de salir de la isla y muertes que la única sensación que provocan es la de alivio de pensar que cuantos menos personajes queden, antes acabará la película. No se despierta la angustia existencial ni en los personajes ni en los espectadores y nada de lo que pasa es radicalmente diferente de lo que podría suceder en cualquier otro escenario en el que hubiera un asesino suelto. Esa premisa tan prometedora, la metáfora que podría suponer, se queda en las capas más superficiales de la narración es usada meramente como excusa para conducir a los espectadores hacia cuestiones tan vulgares como si alguno de los personajes logrará salir con vida allí o con intención se les ha llevado a ese lugar. El director confunde la forma con el fondo.
En mi opinión, la película falla en prácticamente todo. La atmósfera de extrañeza no está bien lograda. Estos personajes no han entendido nada del reto que se les plantea y en lugar de asistir a una evolución en la que un proceso forzosamente acelerado de maduración personal les lleva asumir sus circunstancias, tenemos delante a las mismas personas durante toda la película que continúan preocupadas por las mismas cosas que en los primeros minutos. Por no hablar de algunos claramente estereotipados que llegan a resultar ridículos, como salidos de dibujitos infantiles. A nivel de lógica interna, no quedan claras las implicaciones de la aceleración del tiempo a nivel psicológico y experiencial para los personajes, lo cual en parte es difícil de llegar a captar dada la escasez de diálogos cuyo contenido sea relevante para el que debería ser el tema principal de la historia (las pocas frases que pretender mostrar algo de profundidad en los personajes llegan descontextualizadas y sin pizca de emoción convirtiendo en tedio momentos que deberían ser el clímax de la historia). Todo esto salpicado de secuencias que por su incoherencia narrativa y su patetismo visual me han hecho presa de la más pura vergüenza ajena. Para llegar a un final que, en línea con toda la narración, peca de no dejar nada por entendido, aportando explicaciones innecesarias o redundantes, fiel al sello de falta de sutileza que llevan cada una de las “pistas” que encontramos durante la narración, siendo imposible la sensación de satisfacción en el espectador por haber desvelado algún misterio cuando todo es dado tan masticado.
Y hasta aquí la decepción. De la rabia hablaré en la zona spoiler.
La mayor reflexión sobre el paso del tiempo provino del deseo de que la película terminara y la conciencia de que los minutos que pasé en esa sala nunca los recuperaré.
Lo que me ha irritado de esta película no es tanto el que se trate, en mi opinión, de una película realmente mala, si no que se trata de una película mala que desaprovecha una premisa que podría haber sido increíblemente buena. Acudí corriendo al cine al segundo día de su estreno tras ver su trailer. Un planteamiento prometedor: un grupo de personas atrapados en una playa paradisiaca en la que el tiempo pasa deprisa. Desde este punto de partida, las ideas a desarrollar y el profundo calado de las mismas estaba servido:
- ¿Hay algo más terrorífico que el paso del tiempo? Deberíamos asistir al despertar de la conciencia de la propia mortalidad como condición inherente a la existencia.
- Y cuando hemos entendido que vamos a morir y lo único que tenemos es un tiempo que pasa más rápido de lo que desearíamos, se plantea el verdadero conflicto: ¿qué vamos a hacer con él?
- Estos personajes han sido arrojados a un lugar maravilloso en el que inevitablemente morirán, se abre así la posibilidad de darle un sentido al tiempo o de admitir su absurdo, o quizás de ambas cosas (daría para pensar sobre el valor del tiempo, la relatividad del mismo, su dimensión longitudinal… pero parece que los personajes pasan de esas cosas).
- Y por último, el hecho de que sean varias las personas las que concurran en esa playa, sujetas a las mismas condiciones y enfrentando los mismos dilemas, abre posibilidades a la conexión, al tiempo que los confronta con la soledad que la muerte impone como experiencia individual.
Conciencia de mortalidad, emergencia de la responsabilidad entendida como la libertad de elección, necesidad de búsqueda de sentido de la vida y aislamiento existencial son los cuatro conceptos básicos del existencialismo que son intrínsecos al planteamiento de la película. ¿Cuáles de estos puntos desarrolla la película? NINGUNO.
Shyamalan convierte lo que podría haber sido un buen drama existencial en una película de terror mediocre. Estos aspectos no se tocan y cuando se intenta hacer es de forma torpe, superficial e incompleta. En su lugar, centra la trama en una sucesión de intentos fallidos de salir de la isla y muertes que la única sensación que provocan es la de alivio de pensar que cuantos menos personajes queden, antes acabará la película. No se despierta la angustia existencial ni en los personajes ni en los espectadores y nada de lo que pasa es radicalmente diferente de lo que podría suceder en cualquier otro escenario en el que hubiera un asesino suelto. Esa premisa tan prometedora, la metáfora que podría suponer, se queda en las capas más superficiales de la narración es usada meramente como excusa para conducir a los espectadores hacia cuestiones tan vulgares como si alguno de los personajes logrará salir con vida allí o con intención se les ha llevado a ese lugar. El director confunde la forma con el fondo.
En mi opinión, la película falla en prácticamente todo. La atmósfera de extrañeza no está bien lograda. Estos personajes no han entendido nada del reto que se les plantea y en lugar de asistir a una evolución en la que un proceso forzosamente acelerado de maduración personal les lleva asumir sus circunstancias, tenemos delante a las mismas personas durante toda la película que continúan preocupadas por las mismas cosas que en los primeros minutos. Por no hablar de algunos claramente estereotipados que llegan a resultar ridículos, como salidos de dibujitos infantiles. A nivel de lógica interna, no quedan claras las implicaciones de la aceleración del tiempo a nivel psicológico y experiencial para los personajes, lo cual en parte es difícil de llegar a captar dada la escasez de diálogos cuyo contenido sea relevante para el que debería ser el tema principal de la historia (las pocas frases que pretender mostrar algo de profundidad en los personajes llegan descontextualizadas y sin pizca de emoción convirtiendo en tedio momentos que deberían ser el clímax de la historia). Todo esto salpicado de secuencias que por su incoherencia narrativa y su patetismo visual me han hecho presa de la más pura vergüenza ajena. Para llegar a un final que, en línea con toda la narración, peca de no dejar nada por entendido, aportando explicaciones innecesarias o redundantes, fiel al sello de falta de sutileza que llevan cada una de las “pistas” que encontramos durante la narración, siendo imposible la sensación de satisfacción en el espectador por haber desvelado algún misterio cuando todo es dado tan masticado.
Y hasta aquí la decepción. De la rabia hablaré en la zona spoiler.
La mayor reflexión sobre el paso del tiempo provino del deseo de que la película terminara y la conciencia de que los minutos que pasé en esa sala nunca los recuperaré.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Parece que al director no le es suficiente el paso del tiempo y la inevitabilidad de la muerte como desencadenante del terror (que en este caso debería haberse tornado en angustia existencial) y no satisfecho con esto introduce otro elemento más, una especia de “villano” que se encargará de matarte si el tiempo no lo hace primero. Y este es el punto de la película que me parece intolerable y que casi me hace salir de la sala de cine. Y es que este “villano” es una persona con una enfermedad mental y, lo grave, es que lo expone como si fuera precisamente esa condición de enfermo mental la que lo conduce inexorablemente a su naturaleza de asesino (vale la pena recordar que no es la primera vez que este director tira de este hilo tan rastrero). Años de lucha contra la estigmatización de la enfermedad mental tirados por tierra con recursos narrativos (si es que se les puede llamar así) tan engañosos y totalmente faltos de moral. Y por si el espectador no lo pilló (de nuevo hay que darlo todo bien masticadito), lo explicita en una de las secuencias finales, refiriéndose a este personaje como el “esquizofrénico agresivo” y aclarando que habría que separar a los enfermos mentales por su peligrosidad: LAMENTABLE).