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Voto de Dr Marcus:
9

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8.2
5,975
Documental
Doce años después de la Liberación y del descubrimiento de los campos de concentración nazis, Alain Resnais entra en el desierto y siniestro campo de Auschwitz. Lentos travellings en color sobre la arquitectura despoblada, donde la hierba crece de nuevo, alternan con imágenes de archivo (en blanco y negro, rodadas en 1944) que reconstruyen la inimaginable tragedia que sufrieron los prisioneros así como las causas y las consecuencias de ... [+]
26 de enero de 2007
26 de enero de 2007
136 de 143 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mediados de los años cincuenta, el movimiento divulgativo que tuvo lugar en Francia en referencia a la historia de la deportación en ese país, impulsado por el Comité d'Histoire de la Deuxième Guerre Mondiale, alcanzó dos logros significativos: la celebración anual del día de la deportación (cuarto domingo de abril) y el encargo de un documental sobre la experiencia en los campos de concentración, que sería Noche y Niebla (Nuit et brouillard, 1955 ). Este documental gozó de una gran difusión tanto a nivel nacional como internacional, siendo galardonado con el Premio Jean Vigo en 1956 y nominado a un Premio BAFTA en 1961.
El encargo del documental recayó en Alain Resnais, un joven director que ya contaba con experiencia en el tema que iba a tratar, pues había realizado Guernica (1950), sobre la aniquilación masiva de seres humanos. No obstante, debido al hecho de que carecía por completo de la experiencia que suponía haber estado en un campo de concentración, exigió como condición indispensable la colaboración de Jean Cayrol, que estuvo concentrado en Mauthausen y había publicado un poemario relacionado con aquella terrible vivencia que daría título al propio documental: Poèmes de la nuit et du brouillard, publicado en 1946. Durante el desarrollo del trabajo, se produjeron una serie de acontecimientos que reorientaron la labor de sus realizadores. En un principio, la idea central era poner de manifiesto el horror y la barbarie del holocausto trabajando a partir de material de archivo, pero en 1955 aparecieron en Francia, fruto del conflicto argelino, una serie de campos de reagrupamiento que, si bien estaban lejos de albergar el horror de los campos de concentración nazis, lograron no obstante inquietar a grupos importantes de la población. Estos hechos tan significativos lograron transformar la concepción primitiva de Noche y Niebla como homenaje a las víctimas del holocausto en una suerte de dispositivo de alarma . El significado de Noche y Niebla era por tanto doble: por un lado, situaba al espectador en su presente, manteniéndole alejado de falsas identificaciones con las víctimas. En este sentido Resnais es consciente de que el cine no puede ofrecernos una experiencia plena de sentido de aquello que representa. Muchas cosas no pueden ser representadas mediante el cinematógrafo sin que sus cimientos sean socavados, ya que el cinematógrafo es una instancia separada en lo espacial y en lo temporal de la realidad, y en casos como el holocausto, este distanciamiento se vuelve inadmisible. El otro aspecto del significado que referíamos anteriormente desplazaba al espectador de una hipotética "comodidad histórica" desde la cual emitir juicios condenatorios sobre una época pasada.
El encargo del documental recayó en Alain Resnais, un joven director que ya contaba con experiencia en el tema que iba a tratar, pues había realizado Guernica (1950), sobre la aniquilación masiva de seres humanos. No obstante, debido al hecho de que carecía por completo de la experiencia que suponía haber estado en un campo de concentración, exigió como condición indispensable la colaboración de Jean Cayrol, que estuvo concentrado en Mauthausen y había publicado un poemario relacionado con aquella terrible vivencia que daría título al propio documental: Poèmes de la nuit et du brouillard, publicado en 1946. Durante el desarrollo del trabajo, se produjeron una serie de acontecimientos que reorientaron la labor de sus realizadores. En un principio, la idea central era poner de manifiesto el horror y la barbarie del holocausto trabajando a partir de material de archivo, pero en 1955 aparecieron en Francia, fruto del conflicto argelino, una serie de campos de reagrupamiento que, si bien estaban lejos de albergar el horror de los campos de concentración nazis, lograron no obstante inquietar a grupos importantes de la población. Estos hechos tan significativos lograron transformar la concepción primitiva de Noche y Niebla como homenaje a las víctimas del holocausto en una suerte de dispositivo de alarma . El significado de Noche y Niebla era por tanto doble: por un lado, situaba al espectador en su presente, manteniéndole alejado de falsas identificaciones con las víctimas. En este sentido Resnais es consciente de que el cine no puede ofrecernos una experiencia plena de sentido de aquello que representa. Muchas cosas no pueden ser representadas mediante el cinematógrafo sin que sus cimientos sean socavados, ya que el cinematógrafo es una instancia separada en lo espacial y en lo temporal de la realidad, y en casos como el holocausto, este distanciamiento se vuelve inadmisible. El otro aspecto del significado que referíamos anteriormente desplazaba al espectador de una hipotética "comodidad histórica" desde la cual emitir juicios condenatorios sobre una época pasada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las imágenes que utiliza Resnais en el documental fueron obtenidas por las tropas aliadas cuando liberaron los campos de concentración, aunque en especial abundan las del campo Bergen-Belsen. Ya en el tramo final todas las imágenes del archivo que aparecen son tomadas de la filmación realizada por las tropas británicas. En el montaje de las mismas no hay ningún clímax o intencionalidad dramática, de modo que los empalmes obedecen más bien a una voluntad estética, intención ésta con la que Resnais perseguía diferenciarse de la perpectiva comúnmente utilizada por otros documentales. Tampoco se les atribuye a las imágenes función pedagógica alguna, ni se muestran como el terrible testimonio de un macabro descubrimiento, ya que el montaje rápido utilizado por Resnais impide que el espectador recree su mirada en la morbosidad del detalle; más bien, las imágenes constituyen una reiteración de elementos que a lo largo del documental se ofrecen como una metonímia de inefable experiencia concentracionaria.
El fundido en negro con que termina el documental, único además en todo el metraje, nos evoca el silencio y la ausencia de retórica con los que únicamente cabe afrontar aquel funesto episodio de la humanidad, y nos retraen las aciagas palabras de Primo Levi en referencia al holocausto: “quizás no se pueda comprender todo lo que sucedió, o no se deba comprender; porque comprender es casi justificar”.
El fundido en negro con que termina el documental, único además en todo el metraje, nos evoca el silencio y la ausencia de retórica con los que únicamente cabe afrontar aquel funesto episodio de la humanidad, y nos retraen las aciagas palabras de Primo Levi en referencia al holocausto: “quizás no se pueda comprender todo lo que sucedió, o no se deba comprender; porque comprender es casi justificar”.