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Voto de Kikivall:
7
Voto de Kikivall:
7
6.6
16,805
Drama
En una zona en guerra, en la que los cascos de las Naciones Unidas tratan de controlar la situación, varios personajes viven sus propios conflictos; Sophie (Mélanie Thierry) quiere ayudar a la gente, Mambrú (Benicio del Toro) quiere volver a casa, y Katya (Olga Kurylenko) quiso una vez a Mambrú. Por su parte Damir (Fedja Stukan) quiere que la guerra termine, Nikola (Eldar Residovic) quiere un balón de fútbol, y B (Tim Robbins) no sabe ... [+]
11 de mayo de 2017
11 de mayo de 2017
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La película se desarrolla en una zona en guerra de los Balcanes, con los soldados de las Naciones Unidas tratando de manejar la situación. Diversos personajes viven sus propios conflictos.
Magnífica película dirigida con técnica, pulso, tempo, precisión y emotividad dramática por un excelente Fernando León de Aranoa, el gran adalid del cine social en España, quien escribió igualmente un gran guión, adaptación de la novela homónima de Paula Farias, escritora y médico de formación. La música de Arnau Bataller es magnífica, con el acierto de introducir al final del film la gran canción de Peter Seegers, icono del anti belicismo de finales de los cincuenta, WhereHaveAlltheFlowersGone. Gran fotografía de Alex Cataláncon largas travesías en coche por las montañas de Bosnia, de gran belleza visual.
En el reparto destaca sobre todo un gran Tim Robbins que parece que no está actuando y sí lo está, lo que pasa es que es un lujo de actor que maneja el humor a las mil maravillas. Le acompaña con su presencia y su bien hacer Benicio del Toro, que hace fácil el difícil arte de la actuación y que es de los pocos actores capaces de hablar sin palabras; Olga Kurylenco, quizá la más metida con calzador en la película; Mélanie Thierry, que borda la inocencia de su personaje bondadoso; Fedja Stukan, excelente en su rol de hombre corriente que sólo desea que su país vuelva a la normalidad; Eldar Residovic (el niño, muy bien) y un fugaz Sergi López. Todos excelentes.
La película tiene un poder hipnótico verdaderamente auténtico, que te hace mantener la atención constantemente en la pantalla. Y es que estamos frente a la angustia, que se llega a tocar, de esa tierra sangrante durante tanto tiempo que fuera el dislate de los Balcanes de los años noventa.
La película gira sobre una cuerda que hace falta para sacar un cadáver de un pozo, cuerda que resulta más que difícil de encontrar, con mil piruetas para conseguirlo, lo que constituye el eje de la película. Y es que esa humilde y sencilla cuerda es la alegoría de la búsqueda de una tabla de salvación por la que arriesgan y muestran su dignidad y bondad todas esas personas que voluntariamente y en tiempos de guerra, se juegan su vida para ayudar a las víctimas.
Un relato desgarrador, con diálogos llenos de vida, tragedia y también humor. Un retrato de la guerra desde el pacifismo y el mensaje humanitario.
Magnífica película dirigida con técnica, pulso, tempo, precisión y emotividad dramática por un excelente Fernando León de Aranoa, el gran adalid del cine social en España, quien escribió igualmente un gran guión, adaptación de la novela homónima de Paula Farias, escritora y médico de formación. La música de Arnau Bataller es magnífica, con el acierto de introducir al final del film la gran canción de Peter Seegers, icono del anti belicismo de finales de los cincuenta, WhereHaveAlltheFlowersGone. Gran fotografía de Alex Cataláncon largas travesías en coche por las montañas de Bosnia, de gran belleza visual.
En el reparto destaca sobre todo un gran Tim Robbins que parece que no está actuando y sí lo está, lo que pasa es que es un lujo de actor que maneja el humor a las mil maravillas. Le acompaña con su presencia y su bien hacer Benicio del Toro, que hace fácil el difícil arte de la actuación y que es de los pocos actores capaces de hablar sin palabras; Olga Kurylenco, quizá la más metida con calzador en la película; Mélanie Thierry, que borda la inocencia de su personaje bondadoso; Fedja Stukan, excelente en su rol de hombre corriente que sólo desea que su país vuelva a la normalidad; Eldar Residovic (el niño, muy bien) y un fugaz Sergi López. Todos excelentes.
La película tiene un poder hipnótico verdaderamente auténtico, que te hace mantener la atención constantemente en la pantalla. Y es que estamos frente a la angustia, que se llega a tocar, de esa tierra sangrante durante tanto tiempo que fuera el dislate de los Balcanes de los años noventa.
La película gira sobre una cuerda que hace falta para sacar un cadáver de un pozo, cuerda que resulta más que difícil de encontrar, con mil piruetas para conseguirlo, lo que constituye el eje de la película. Y es que esa humilde y sencilla cuerda es la alegoría de la búsqueda de una tabla de salvación por la que arriesgan y muestran su dignidad y bondad todas esas personas que voluntariamente y en tiempos de guerra, se juegan su vida para ayudar a las víctimas.
Un relato desgarrador, con diálogos llenos de vida, tragedia y también humor. Un retrato de la guerra desde el pacifismo y el mensaje humanitario.